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viernes, 21 de abril de 2017

Sin epígrafe

Yo siempre les diré que: escribo por escribir, 14
y también, para pensar , por no dejar, o por llenar las horas.
Descubro qué llevo dentro la nada sin ambiciones.
Aunque aún no sé, ni estoy segura y si lo hago bien.

Si el sol trisca los poemas de una aficionada.
Si quien se fija sin saltar, tropieza con una rana.
Traveseo por los poemas y las palabras. Suenan.
Gimen, rugen, retumban.
Escribo siempre interrumpida por el mundo ajeno
y, por costumbre o manía, sigo sin mandar al carajo esto.
Sé que se pierde tiempo y la vida te lo cobra.
¡Dios, debo engañarme a mí misma y pagar por ello
o, me engaño con la nada y soy feliz! Tú decides.
¿Y qué buscas?...-me preguntó la Palabra...
Me echo a reír.

Enfurruñada, sigue conmigo sin entenderme,
en su rincón de epígrafe.
¿Está angustiada por la edad de mi mañana? -Leo su pensamiento.
Sabe que la utilizo y la uso en mi cerebro como un florero,
que la voy poniendo dentro por ser flor de lo mismo...
¡Y pasa de mí, pues como toda flor, se marchitará mientras la contemple!
No cuido mis flores y sé que me las da con su generosa inspiración!
...¿Y para qué?, -me pregunto de nuevo...¿Qué aprendo de la vida?

Miro lo fácil que es llenar el cuenco de mis manos
con versos como semillas,
¡y puedo sembrar un jardín imaginario,
construyendo un mundo propio!
Soy como una ninfa de agua, un sueño ajeno a mí
y sé que me perdí por despertar en este mundo,
por mirar otro cielo desde mi charca mental.
¿Entonces, qué espero y por qué sigo?
Si sólo me ciño una diadema de reina de 'mis flores',
y aplauden mis duendes.
Me pierdo siempre en el límite lejano sin esperar nada.
Busco a quien no me ve y río entristecida y distraída.
Amo la lluvia de hojas secas, la arboleda denuda...
y la otra... "perdida" pero dentro de mi mirada,
hay un bosque encantado donde se perdió otra luz.
Recojo guijarros sin valor.
Sigo como si estuviese muerta,
mirando la bóveda celeste y una luna solitaria
mientras aplaudo a sus estrellas.
¡Y soy yo la que se alejará para siempre!
Sabe cómo se refleja su luz en mis pupilas
y se siente una borrasca de llanto.
Conoces su influjo en el fluir del verbo bajo la piel.
Porque en los claros de mi bosque interior, se ama;
y aunque sigo extasiada en su luz,
se calcina el tiempo en la aldea de mi corazón.
Hoy comprendo que, aunque pulsaran las ranas una viola,
pasaría con su silencio del brazo de la casualidad
y con el viento cubriendo sus espaldas, sin escucharme.
Nadie liberaría un sueño de charcas.
...
¡Nunca pensé, que un croo produjese emociones!
Aplaudo la bondad de los astros.


alv en: "ranita Azul"

4 comentarios:

  1. La mayoría escribimos por escribir y muchas veces, como en mi caso, es una especie de terapia.
    Un abrazo.

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    1. Éso que dices, terapia. Así es amigo mío. Es un freno para la vida contarnos cosas, soñar, desearlas, amarlas y casi sentirlas tan nuestras. Lo son cuando salen del alma.
      Gracias por estar.

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  2. No escribes por desairar el tiempo o huir de horas extraviadas y, ¡vaya que lo haces bien!. Escribes porque debes hacerlo, porque sabes de ninfas, bosques encantados, lluvia, flores, semillas y sobretodo, porque sabes que tu alma crece y se pertenece en la magia. Para escribir no se necesita un doctorado, solo saber el lenguaje mágico de las palabras y, tú, lo conoces.

    Un gran abrazo ranita.

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  3. Sí, es así, todo eso es de un mundo que no se va de mis recuerdos. Quedó lejos y desde niña sé que lo viví, volviéndolo en mi infancia. Aún sé que a pesar de mis años volveré al mismo lugar después de esta experiencia y estaré de nuevo en donde quiera, porque conozco esa magia.

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