Y te pregunto...

Pregunto a ti varón, por si lo olvidas...
¿Dónde están las caricias de tus manos
sintiéndolas la piel sobre mis hombros,
enamorando con pasión al alba.

Y dónde están tus ojos sin su mirar de aliento,
sin apaciguar el amor y extinguir su fuego.
Mas pareciese detenerse todo
mintiéndonos los dioses de lo eterno.

Se llega a todo y se tropieza de camino
en la piedra del ayer de los mayores, su advertencia;
y sin recordar que se emprendió lo mismo,
preguntas: ¿Y qué nos pasa ya que no sepamos?

Son los pasos dados por la vida
los más hambrientos de la carne
y con sus hambres encaminan,
y todo es más de lo mismo
¡tu llaga o mi herida!

Se cambian los paisajes
y todo sueño loco,
se pone su sombrero
de ideas en su coso,
caducas, desafiantes
y ocultan vasallajes
de yermas intenciones
que rompen los destinos.

Así es todo empeño,
un hábito, un momento,
igual que llega pasa
y luego aquí nos deja
con la palabra puesta
envueltos en ovillos,
pues somos la madeja
para el ‘cajón de...sastre’
temiendo a 'la tijera'.
*

Elisa.
18-7-07