Mar adentro

 
He querido remar mi  mar adentro
llevando una ringlera de mis cosas;
sin que pese la húmeda madera 
de una barca que lleva sus congojas


Va humedecida la intuición del tiempo, 
una tregua en las alas de gaviotas,

las algas enredadas en los remos

y un sentimiento vuela en alas rotas.


Remar, remar, sembrando tus pupilas;
remar, remar, por cotidianas huellas;
y son mis manos cintas que se alargan
festones grises que en la brisa elevan.


Se quiebra un haz de luz en algún faro
y en mis lasas palabras agotadas,
¡oh lar de de mi sombrío horizonte
cuándo puedo abrazar batientes aguas!




Elisa
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