Alguna vez el estallido de Dios nos dejó sordos
y doblaron contentas las campanas.
Alguna vez el ego trascendía en los poemas
salpicando piedrecillas esmeraldas;
eran del río azul de nuestras fuentes con su magia.
Tú no eras de hielo y al mirar mis poemas, sonreías.
... Alguna vez, temblabas y yo, te acariciaba...
Entonces empezamos a saber que existíamos
y que alguna vez fuimos algo más que larvas;
nuestro comportamiento era extraño, nos consumía,
nos devorábamos de amor con la palabra.
Pero ahora nos falta su latido
y las dudas rompen, se agigantan:
son de llanto de mar hecho de espuma
y revolvieron sus aguas en amenazas.
Alguna vez, este estallido de Dios, lo siento
en el pulso desbocado que se escapa
y no importa que por fin se enmudeciera
en mi viejo corazón mientras te ama.
Alguna vez... si me hallases muy callado,
regálame por favor dos rosas blancas.
Elisa en : "Don Anselmo"
y doblaron contentas las campanas.
Alguna vez el ego trascendía en los poemas
salpicando piedrecillas esmeraldas;
eran del río azul de nuestras fuentes con su magia.
Tú no eras de hielo y al mirar mis poemas, sonreías.
... Alguna vez, temblabas y yo, te acariciaba...
Entonces empezamos a saber que existíamos
y que alguna vez fuimos algo más que larvas;
nuestro comportamiento era extraño, nos consumía,
nos devorábamos de amor con la palabra.
Pero ahora nos falta su latido
y las dudas rompen, se agigantan:
son de llanto de mar hecho de espuma
y revolvieron sus aguas en amenazas.
Alguna vez, este estallido de Dios, lo siento
en el pulso desbocado que se escapa
y no importa que por fin se enmudeciera
en mi viejo corazón mientras te ama.
Alguna vez... si me hallases muy callado,
regálame por favor dos rosas blancas.
Elisa en : "Don Anselmo"
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