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miércoles, 29 de julio de 2009

Tres poemas de amor



Sentir de niebla sobre el agua:
Si derrumba el castillo de mis sueños
sus hadas no hacen milagros a las ranas,
ellas no dejan huellas en el cieno
porque dejan señales en las almas.

*Ranit@zul* (Mi mote familiar)




Amor de dulce dentellada


Nos duele tanta esquirla por el alma
de un ocaso invernal en vasallaje,
sin enjugar el rostro de la lágrima,
sin detenerse a pensar por qué se hace;
y perdonamos huellas del ultraje.

La dicha se nos pierde si hay olvido
al doloroso verbo le rehúsas,
va muriéndose un sueño entristecido
que fue cultivo de amor que ya no usas.

Cuando 'la bestia' da su dentellada
a través de la bruma que la cubre,
se olvida del desdén que nos difama
sin valuar el carácter del que sufre.

Cuando muerde la ocasión y luego huye
-es espíritu en envite para siega-,
de inmadura semilla que sí intuye
quién desdeña el amor para la queja.

Mas fue felicidad que Dios reparte,
dádiva universal de sus tesoros,
con palabras nacidas para amarte
y mis cantos de besos entre lloros.

¿Serán de tu perdón que habré soñado
bajo losa de todo aquel "exceso"?
Me cubrirás de tiempo confinado
al silencio mayor de vos, mi peso

Me echaré por los hombros de la vida
...ese chal del recuerdo, que sangrando,
acompañará mi canto en mi partida
de ocasos rojos en cabello blanco.


A. Elisa Lattke V.

Dic/2008


Mi barca de amor



Nací de nuevo y volví a tu vida,
estuve en ti y te senté a mi lado.
Eras aire de amor para mi risa,
eras brisa feliz y sin pecado.

Eres todo para mi sangre... ¡Todo!
Circulando en arterias... ¡Te sentía!
tiempo de amor en la distancia lleno
de palpitar sereno que latía;
eres sentir piadoso, Nazareno,
reconociendo un alma... ¡Poesía!
Y supo el corazón con su lenguaje
que el celo de mis cantos te envolvía,
con poemas silbados por dos aves
manaba de dos fuentes una vida.

¡Soñábamos puro amor que entretenía!

No fueron los ojos ciegos... ¡Veían!
Reclamo espiritual cuando soñaba
benditos sentimientos... que dolían,
y en cuenco de mis manos les besaba.

Ahora, siento la espina de la rosa
que hiere el alma, su sensación despoja,
me entierra sin fervor bajo una losa
sin redimir el amor que la deshoja.

Me dejaré morir, la nada es mía;
daré tumbos perdida por mi historia,
por ese amor que siembra nos transforma,
da salud y mitiga en tanta escoria
porque es el sentimiento el que nos cura,
de toda mala historia en atadura.

De esta vida y su peso que me arrastra
cual barca frágil que su mar llevara,
me ha hecho sentir por fin en la bahía
anclando amor en el puerto de tu alma.



Elisa Lattke
Dic/2008


Y quiérote...



Allí donde me pides estar, se muere,
pero debes decirme si me quieres
así comprenderé lo que prefieres,
cuando sabes del silencio que me hiere.

Quiérote con el candor de una rosa
en pétalos que saben de ambrosía,
de encaje con belleza en armonía
con aroma de versos por mi glosa.

Te regalo las fresas de mi boca
como oferta de amor dulce y madura;
esta flor de mi abrazo a tu cintura
y fusión en pasión cuando te toca...

Quiérote en mi abstinencia y mi desvelo
y abrígote al calor de mi ternura;
con mi mente en la mano por ventura
que transmite la calma de mi celo.

Quiérote siendo soporte que sostiene
la locura abismal de toda esencia,
bajo un mar rodeado de indulgencia,
siendo burbuja de aire que te tiene.

¡Y quiérote... a ti no más que nunca,
como ayer en este hoy de mi mañana
cuando sabes que te amo para siempre!


Elisa Lattke/06



_________________
Cada segundo de mi tiempo es promesa del siguiente... ¡Gracias mi buen Sembrador!
(A. Elisa Lattke V. en: "Salambó"- Año de Esperanzas.07)

Miembro de CiÑE (Círculo independiente Ñ de escritores, www.circuloindependiente.net)

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