Dame acá tus susurros,
de tu boca callada;
lanzados en el viento
con verbos conjugados;
con su suave belleza
envueltos en un halo,
fulgurando en las tardes
al desearte jugando...
Dame acá los suspiros
los temores conscientes,
la ansiedad de tu pecho,
cuando yo te miraba;
Y ese ayer tan lejano
dónde siempre buscaba,
el amor de mi dicha
para un puerto de ocasos.
Se quedó en el silencio
ese aroma salvaje
de violetas silvestres,
en el aire danzando.
Y en mi barca sin mares
por oleajes de sueños,
llegué sola y sin puerto
a mi charca, encallando.
alattkeva
Es un poema precioso...triste, sí, pero precioso.
ResponderEliminarUn beso grande.
No sé, Moony, si lo es.
EliminarPero tu entrada y comentario
se agradece. Mis poemas salen
de repente, como si llegará en mi el recuerdo de muchas vidas. Otras veces son parte de mi realidad💙