Corre el tiempo tan aprisa
que mi vida se sofoca,
me muevo como las ocas,
o floto como baliza.
El sol ilumina el lago
de las tardes que frecuento,
en vaivén de un pensamiento
que al orar siempre sufrago.
Van ideas por las sienes,
caminan los sentimientos;
los arreboles, los vientos
y con palabras... serenes...
¡Ay, del candor de mi verso
y del sonrojo que llevan,
las estrofas que me elevan
envolviendo mi universo!
Siempre estás allí conmigo...
Siempre en este estado ajeno...
Y al tiempo donde me alieno,
tal si fuese mi castigo.
¡Y qué feliz permaneces
sin reproches para el alma;
estás en perfecta calma
repitiéndolo mil veces!
alattkeva
Precioso...cómo todo lo que escribes,gracias por seguir.
ResponderEliminarUn beso.
Bueno, a veces creo que lo hago mejor que otras...
EliminarSí, Moony, no me gusta presumir aunque tengo diálogos conmigo misma y hay una parte que se subleva por ser como soy. Debe ser que en esos momentos de inspiración, cuando estoy más insegura, me visto ilusión; puede que el traje ayude como algo mágico. Pero sonríe, son estas cosas mías. No es bueno el halago para una ranita de charca. Un beso y gracias por tu visita .
Hay mucha sensibilidad en tus versos, no lo dudes.
ResponderEliminarUn abrazo en la tarde.
Puede que yo no sea consciente y me deje llevar por el impulso emotivo, sincero, ese ritmo que como un nado de rana juega con el elemento agua por un rato y pierde el sentido en su feliz elemento. Gracias, Poeta Amigo, viniendo de ti me lo voy a creer.
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