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martes, 9 de marzo de 2010

Cilicio

La palabra se envuelve a mi cintura,
mi cilicio es dolor cuando me vuelvo. 
Ella sabe obsequiarme lo que pido
y me enseña renuncia bajo el cielo.







Las palabras son fuente donde bebo
la forma de sentirme por la vida,
muchedumbre de voces e investida,
avalan mis poemas y lo apruebo.
Las palabras son cantos de los ríos
y bandada de pájaros volando;
mandamientos de fuego que me queman
y con versos alados, van surcando.


La vida puesta en otra se hace espera
y con ella en la mía se me abraza;
son aves las palabras en mareas
batidas por el viento que amenaza.
Un recurso en el aire, su escritura;
o torpeza en la lluvia con su lágrima.
son sombras en el cerco de la luna
nimbadas por la luz que las separa.


Tempestades de letras van soplando,
reflejos del empuje de mi verbo;
mecidas en los cuerpos al vacío 
regalan corazón cuando lo observo.
¡Retumba en mar de espuma las cuadernas,
levanta en oleajes mi esperanza,
se bruñe el corazón de mi navío;
avanzando la barca a lontananza. 




Elisa
3/10

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