A solas y contigo

A solas y contigo
mis brazos se hicieron tibios
para sentirte cuerpo junto al mío.
Y como la vida es una madeja de ilusiones
y yo te amo cuando voy de paso en tu cansancio,
no puedo llevarme tu  tristeza enjaulada
pero sí te dejo mis alas de ilusiones,
y un pensamiento único vibrando estremecido.


Para que te asomes alguna vez
al cristal de mis ojos aún vivos,
donde hallarás la luz de tu reflejo.
No soy casualidad, ni mentira ni un sueño;
soy de tu dolor de amor tanto como el mío

... Con el gesto del tiempo en la hoguera del alma,
yo te escribo mis versos y te enciendo en hoguera
siendo llama en tus sienes, soy amor en el verbo
y seré como notas de los besos que faltan,
y que no pude darte por servir a lo etéreo 
y me duele pensarte cuando el cuerpo se marcha.

Me llevan los azules que miro de muy lejos
en una minúscula esfera de color de cobalto;
por la proa que asciende hacia cálido sueño
voy izando palabras como velas al viento.

En el mar de mi ocaso he marcado tu cielo, 
con la sutil caricia donde el poema entona
y eres aire aspirado en un tierno deseo
retomando la vida para ser movimiento;
respiraste mi sueño, conjugaste mi verbo
y en la sutil caricia donde el amor asoma...
Te bebiste mi abismo del colmado misterio
el que nunca se llena cuando falta tu cielo.

¡Hay que intentar vivir, aquí dentro del hueso,
pero..., a solas y conmigo, no sé si vivo o muero!


A. Elisa Lattke V.


Marz/2/10