Dentro y fuera

No sé si este espacio que me corona
de algún modo dueña de lo que hago...
Necesita otras llaves que me encierran,
por llevar a alguna parte mis cantigas.
¡Mas sigo dentro y fuera de mí, indiferente!
No sé si en mi desvelo languidece
el callado y hondo silencio de mi alma.
Si, lamiendo la miel de mis palabras
acaricio otras llagas antiguas de los míos;
No sé, os lo aseguro, formalmente,
si sirve este rincón de nadas para algo.

Sólo estás. Y sin saber, suena un reloj,
uno diferente dentro de mí, un intruso
cuando mis sienes laten y te pienso.

Bajo la mirada de mi incertidumbre
en envejecidas carnes de otros bríos,
más allá de mis sueños y mis brumas,
cuando los mayos floridos me cantaban,
insuflaba otro tiempo aire a mis pulmones.
Florecían mis manos perfumadas de anhelos
y éramos retozo de las ideas ingenuas,
sobre las hierbas húmedas del tiempo.

Hoy, es del frío la queja y no de mi fuego.
Mi fe cansada de pensar escribe estupideces,
duerme la 'sapiencia' de sus interrogantes
en su razón de creer en mí, que no es poco...
ya es bastante lo que me debe; aquí en este espacio
donde aún habito sin ser de la ociosa fantasía,
y me desdoblo dentro, en un yo telúrico, inacabable.
No hay llave dentro, pero conozco salidas
cuando me sabes de tu arrullo, Vida,
¡pero en el barro al fin polvo de cenizas!
con ese engreído desafío a un Olimpo de algarada.

Elisa

2002