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martes, 7 de diciembre de 2010

En mi doquier moderado

 No toques nada,
fija la imagen, deja la rosa en el ensueño;
deja la miel para su abeja. Es su equilibrio.
Se yuxtapone el aire al pétalo marchito;
se yuxtapone un sueño al infinito. No toques nada.
Ni el regusto salobre fue función del viento,
sólo fue del alma nocturna que cambió los ciclos. 

[Elisa en: Don Anselmo"]


Mira, no tengo ganas de estar triste,
no sé por qué debe la angustia sopesar mi ser como madre
sin poner de su parte en mis olvidos, sitiándome.
No se sirve al gozo siempre, claro;
pero la nostalgia se atrinchera con soberbia
ante su espejo al que se mira desde la distancia,
distorsionando la imagen de lo intrínseco.


Hoy no me tengo sola en este todo
porque está rodeado de mi celo y me celebro fuerte...
Aunque debo reunirme en el silencio
compareciendo ante otra soledad sin temor;
voy desnuda, me acumulo en ello con el vértigo
ante la queja obcecada del desafío hiriente.


En mi doquier moderado aunque sepa de la bestia
que pace lejos sin bramar, aún cantan mis grillos.
Cuido de la ninfa de mis ojos y me callo.
Porque las rosas se saben de sus pétalos creciendo en los potreros,
y hasta allí van las abejas a libar su néctar.
Los escarabajos no saben de sus mieles
pero son astutos envolviendo desafíos;
mientras, las rosas se yerguen en su tallo.

Elisa
2010

4 comentarios:

  1. Gracias Nela, sólo es un sentimiento en la tregua del tiempo.
    Un cordial saludo. Elisa

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  2. Profundo y bello poema.
    un placer pasar por tu casa.
    que tengas una feliz semana.
    un abrazo.

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  3. Muy bonito poema Elisa, feliz semana
    Besos

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