En todo lo cotidiano hay una guerra esperando,
un oculto corazón, un silencio melancólico;
un día que promete amor, otro de muerte apagando.
un día que promete amor, otro de muerte apagando.
Un nosotros sin los otros, un temor y escalofrío;
un tiempo que se vomita del asco que lo perturba
con la risa de quien vence al ingenuo que se fía.
con la risa de quien vence al ingenuo que se fía.
La esquiva luz de unos ojos en los brazos de una madre
y otra a oscuras sin brazos pero hay perros que le ladren.
Siempre nos hieren entrañas y hay plegarias sin sus preces
de voluntades alzadas, reclamos despedazando.
En todo lo cotidiano hay siempre un ser traicionado.
Una violenta resaca cuando la sienten los cuerpos
y otra a oscuras sin brazos pero hay perros que le ladren.
Siempre nos hieren entrañas y hay plegarias sin sus preces
de voluntades alzadas, reclamos despedazando.
En todo lo cotidiano hay siempre un ser traicionado.
Una violenta resaca cuando la sienten los cuerpos
borrachera de la angustia para dolor sin consuelo.
Y por el postigo del alma se nos cuela una ilusión,
no lleva a ninguna parte pero parte un corazón.
En todo lo cotidiano hay laberintos de ausencias
En todo lo cotidiano hay laberintos de ausencias
esbozos de una liturgia que somete al que se vence.
-¡Ay de los paso que llevan los cuerpos sin su bordón!-
-¡Ay de los paso que llevan los cuerpos sin su bordón!-
Latidos de un batallar, jirones de soledades
la triste cárcel geométrica de un encerrado pensar.
la triste cárcel geométrica de un encerrado pensar.
Descalzos llevo mis pies en las siembras de mis días,
en átomos de sustancias, rituales de mi Energía
y en todo lo cotidiano he levantado mis sueños
para sentirme montaña en el barro de mis huesos.
Nos hacemos de la historia para no ser nunca de nada
Nos hacemos de la historia para no ser nunca de nada
porque en todo lo que amamos hay un regazo que clama;
lloramos al sentimiento para morir cada día
lloramos al sentimiento para morir cada día
cuando nos falla el real de otro males somos presos.
En todo lo cotidiano se nos pierde la costumbre...
En todo lo cotidiano se nos pierde la costumbre...
esperando quien nos quiera y otro, sufriendo nos hunde.
Hoy las lágrimas no bastan cuando los ojos se llenan
de injusticias y de asombros;
los de la sorda existencia del ángel de sus demonios.
Recados de Dios me han dado
para saber quién me frena
Hoy las lágrimas no bastan cuando los ojos se llenan
de injusticias y de asombros;
los de la sorda existencia del ángel de sus demonios.
Recados de Dios me han dado
para saber quién me frena
Elisa
2011
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