¿A dónde debo ir cuando me encuentre,
a quién he de llamar si no me hallo,
por dónde he perdido el alma mía
y quién me oye cuando siempre callo?
Serena no voy para este encuentro
a la estación, meta de mis años,
valija de palabras alientan
y juegas un tiempo a desengaños.
Mi bajel se rompe por su proa
por salvar mi amor izando vela
y encalla en arena con su quilla,
sin esquivar rumbo que le lleva.
Existe quietud que me descifra
y un ángel seré muy distraído...
Pero tú eres otro..., enmudeces,
¡dos almas que no hallan el olvido!
Elisa-11
Hola Elisa, preciosísimo poema, me encantó.
ResponderEliminarBuen fin de semana
Abrazos amiga
Igualmente, Vero; un beso y gracias.
ResponderEliminarElisa