En el rumor de las voces
se es más de su vocerío,
y no de quien nos escucha
por la corriente del río.
Me descubriste dentro en la mirada
observando y sabiendo del camino,
el no extraño abordaje en el destino
por la vieja estación de la ensenada.
Caminamos el tiempo en la mirada
y descubriste el nombre del marino,
con temor por ser dueña de su sino
y viajera esperada en su morada.
Fue caricia del tiempo en maridaje
en lisonjas de un cielo que traía,
se hizo luz la penumbra en el paraje.
Eran almas pidiendo una alegría,
el impulso de un cambio en su bagaje,
regalándose amor en la anarquía.
Nunca se sabe la vía...
Mas con fe se consigue un beneficio,
se sirve a Dios y no a quien da su juicio.
Elisa en: "Don Anselmo"
se es más de su vocerío,
y no de quien nos escucha
por la corriente del río.
Me descubriste dentro en la mirada
observando y sabiendo del camino,
el no extraño abordaje en el destino
por la vieja estación de la ensenada.
Caminamos el tiempo en la mirada
y descubriste el nombre del marino,
con temor por ser dueña de su sino
y viajera esperada en su morada.
Fue caricia del tiempo en maridaje
en lisonjas de un cielo que traía,
se hizo luz la penumbra en el paraje.
Eran almas pidiendo una alegría,
el impulso de un cambio en su bagaje,
regalándose amor en la anarquía.
Nunca se sabe la vía...
Mas con fe se consigue un beneficio,
se sirve a Dios y no a quien da su juicio.
Elisa en: "Don Anselmo"
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