Taciturna y encogida va una vida
por la senda indecisa sin futuro;
va arrastrando poemas de conjuro
con el alma desnuda y dolorida.
Sólo siente en el verbo la medida
cuando la llenan su copa con cianuro,
¡Y se obsequia final de tanto apuro
y brinda con sus versos de partida!
Infeliz por Aquél a quien sí teme,
se complace en morir por sus renglones
caminando por todas sus esquinas.
Con el verso de fuego que le queme,
con el hambre de amor hecha jirones
y la piel que se deja en las espinas.
Elisa Lattke
26-12-08
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Mi rana del alma, envíame a mi correo un trío de poemas y una Breve Biografía, ¿Me acompañas en el vuelo?
ResponderEliminarTe quiero un montonazo.
Rossana
Te devuelvo el mismo amor que me regalas y antes de terminar la semana los tienes si Dios q. Gracias por tu deferencia. Es un honor servir a una apreciada hermana del alma.
ResponderEliminarUn estrecho abrazo.
Rana