Me estrujo hasta las plumas de los versos
y sólo hallo piojillo que me pica,
debe ser que en el nido se duplica
y al roncar con los soplos los disperso.
Te digo: Hoy me declaro sonriente.
Animado... quizás porque te quiero,
a pesar de sentir que desespero
por llorar los silencios del ausente.
Hoy, como otras veces estás presente
y piensa como quieras, yo, me esmero,
y sigo reinventando algún lucero
con este "sonsonete decadente."
Ya sé que no te gustan estas rimas
"de tabla de sumar como cantada",
pero a mí, mucho menos, te lo digo.
Aguanta mi silbido por calimas
de ruiseñor posado en tu almenada
sin, campos sin insectos y sin trigo.
...
Pareciese castigo
por saber de mis vuelos montañeros
ignorando cocuyos sabaneros.
Elisa en: "El Ruiseñor"
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