Amor, dilata el tiempo de los besos
y sientes su caricia en cada lágrima,
no llora el corazón si llora el alma;
lloran ausencias, el silencio calla.
Conmueve la nostalgia del ausente
y fluye por el verbo la añoranza;
y ella va confundida por el tiempo
quiere ser sentimiento y su plegaria.
Se va la vida, ¡pasa y pasa rauda...!
No pasa la codicia dibujada
ni el nocturno reflejo de la luna,
aunque sea en la charca imaginada.
Es virtud es amar y no es pecado
conjugar sentimiento con palabras
y esas notas felices si sacuden,
en el suave vaivén de quien las fragua.
Elisa
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