Lejos quedan los tiempos en que todo
lo que piden los hombres ya es finito
y en sus manos la vida se le esfuma,
humillado al dolor que lo señala.
Se sorprenden los robles, no su barro;
el lo sabe sentir en llanto mudo
y lamenta que sufra contratiempo,
al mermar otros sueños que imagina.
Mas no en vano su historia la concluye
y consigue adaptar su eterna noche,
a sus vuelos de mundos sin estrellas
Así pasa y sucede como nace.
Si se empieza llorando no se gime
por pedir buena muerte quien fenece.
¡Ay, Señor, con mi fe,
tu promesa esa ayuda redentora
la razón del reclamo de la Luz!
alattkeva
2013
Exposición, realidad y al final casi una oración en estos versos.
ResponderEliminarUn abrazo,
Rafael