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sábado, 29 de marzo de 2014

La queja del viento


Cantaba el ave
y el viento huracanado acompañaba...
"¡Ah, cuánto ruido!" -Se quejaba el viento.
El bosque sonreía en cada rama.
Todo hace mella en la carne
o impacta en cada vida,
cualquier cosa que duela, mata.
Pero, el viento pasa, pasa... volando.

¡Se duele el ave de la sinrazón del viento a mil por hora!

Se siente el ave por dentro de su ser, agazapada
como hembra de nido incomprendido;
envuelta en ese fluir de vientos que se quejan
de las aves que cantan a la vida;
por sus vuelos que se dejan entre silbos
¡y cuán frágil la evidencia del regalo
por llevar al pico una esperanza al nido!

Cualquier cosa duele, tortura a las almas,
las hunde, destruye, alinea la dignidad
y por volar bajo sin radar,
se estrellan en las ventanas transparentes
que no saben de sus vidas,
pero sí saben sus dueños esconder su temor tras los cristales.
Roas sus alas y desnucadas se convierten en humus...
¡Y el viento huracanado las reclama!

Por eso mismo las cosas que duelen también matan
si se aceptan los vientos que las callan.


A. Elisa L V.

3 comentarios:

  1. A los más indefensos, siempre el viento o los acontecimientos causarán dolor.
    Como siempre Elisa querida, dejas un pensamiento girando en tus palabras.
    Un abrazo desde mi otoñal Santiago.

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  2. Es cierto que cualquier cosa duele y por eso cuando el alma está "dolida" el corazón sangra.
    Un abrazo en la noche.

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  3. Qué gran poema, Elisa... Mi felicitación.

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