Porque vine de mi misma
para hacerme compañía,
y he de ser quien me sentía
en refracción de su prisma.
para hacerme compañía,
y he de ser quien me sentía
en refracción de su prisma.
Se va la mente viajera
a la región de su nada
se va temblando vacía
de este mundo que la empacha.
Se van tantos sentimientos
que quisieron tantas almas
y se despoja de todos
porque sin peso se salvan.
Si en este mundo se cuelgan
de los hilos que las atan
les es posible zafarse
si sus cuerpos los subastan.
Evitar las emociones,
los amores que nos fallan,
los dolores pensamientos
reclamantes que nos hartan.
Se va todo despacito
con cuidado y de puntillas,
se va orillando la vida
en caminitos de hormigas.
¡Ay, Amor, que poco queda
del tiempo que nos separa,
que por debajo del cielo
la tierra también se calla!
A. Elisa Lattke V.
Bonitos versos en ese grito velado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Precioso, auténtico. Un placer leerte siempre...
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