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domingo, 1 de marzo de 2015

Psicoanálisis- de mi Ego-


 Mi Ego

Si resolviera el instante
me acogería un momento
al placer de lo que siento.
por ser un ego pensante.
Si consiguiera un diamante
será de amor del que creo
y me haría un camafeo,
para llevarlo colgado,
asido a mí y abrazado
al corazón de cimbreo.

Sinopsis  de un 'Yo' rebelde
Hoy, me miro y veo cómo es mi ego, pero es algo particular y personal, porque lo miro con cariño y porque lo comprendo. Se ha convertido en un 'buen chico'... Por eso me extraña cuando no vengo a alimentarlo con halagos en voz alta. El es soñador y prudente y respetuoso con los ecos ajenos. Nunca hipócrita o engreído... Y el tiempo pasa, pero nunca por él 
Pero hace tiempo aprendió a distanciarse de todo... y no quiere ni que lo noten. Domé su afán de sentirse algo más que un 'yo' muy personal y dejarme en evidencia. El pobre noto los codazos de las ambiciones ajenas y la criticas mordaces en público.
Así que no le doy aire para que vuele pues tiene mucho a favor,
pero puede soportar cualquier cosa, desde el error ajeno. Sí, en eso lo creo imbécil por no tener ambición ni personalidad ninguna y, si alguna vez quiso ser algo más, se resignó y reconoció en la mesura de lo inútil, soportando mi disgusto.

Por ahora, a mis años, permanece sentado mirándome desde lejos, ha perdido y lo sabe quién seibto de su puntapié  en la espinilla, quién y quienes lo despojaron de todo lo que tenía a su favor... "Es que ese deseo de ambicionar sueños no te lo mereces cuando llevas copete y el sabe porqué calla...
Mi Ego no es tartaja porque no está diciendo por las redes sociales: 'yo, yo, yo," a cada rato. Es un poco ansioso se le nota la estupidez y hace mucho enfermó de prudencia, dejándola tranquila; pues tanto ha perdido, que ya no le importa perder más si nunca va más allá de sí mismo cuando se repite con eso de:
-"¡Eh, que estoy aquí, soy yo, yo, yo, es que no me veis!!! ..."
El día que lo pillé haciéndome tal cosa le ardieron las orejas.
Hoy se contenta con jugar a ser lo que  es, un pobre infeliz pisoteado, pero sobre todo por lo que aprende de quien lo corrige y, aunque se ruborice, prefiere reconocerse que aún es un inútil y está aprendiendo a estar callado. 
A mis años ya no se va por la vida abriéndose a codazos o en una piana, señalando al que teme que suba alto lo sé le dé crédito gratuito y, si no lo hice antes, menos ahora. ¡Es muy feliz tal como es! Aunque se empecina en mirarme sorprendido como antes, culpándose de mi desventura y como no hago caso, por eso me entiende.
Los Egos son muy listos, saben lo que necesitan a diario, por eso no aguantan sin estar recibiendo halagos... ¡A esos hay que llevarlos al psicólogo y, si lo que ve no le gusta, lo deja en estado comatoso! Permanece en silencio observándolo todo, lee, indaga o coteja, ¡se encuentra cada cosa en los renglones, ¡que no oso decirle nada, pero lo escribe; y por vergüenza así no lo olvida, ¡pero sabe que lo leo!
Permanece callado para no olvidarse de mí menda, la que le da voz y escribe.
Me mira, lo miro y nos echamos a reír, es muy simpático... ¡Debe ser tonto o un enteradillo, cloro que sabe lo que cuenta!

Lo acostumbré a otras cosas y con ellas sueña,
algunas veces se ve con capirote contra la pared.
Lo castigo cuando se cree más importante que yo.
-¡El muy jodido aguanta! 
La templanza es cosa sana, -se lo digo.
La vida no distingue egos prudentes de quién le da voz o extraen ideas
¡Absolutamente todos son unos capullos!
Todos hacen ruido hasta que se enteran de sus errores.
Y mal pensados lo son todos.
Ni tampoco los define el diccionario. Todos son respetables, los de cada semejante.
Algunos lloran su suerte en silencio o se cuelgan de la felicidad ajena. Y aunque saben de su zancadilla, sonríen siempre. A esos les temo mucho más cuando te pelan el diente, saben lo que te hicieron. El mío prefiere tragarse sus errores, aprende sobre la marcha y suele ser así porque valora lo de otros. Aunque todos los Egos están enamorado de sí mismos. Le harían un mal al mío por no ser envidioso y vengativo, -si lo dejara, claro, -ganas no le faltan
Algunos le enseñaron al mío a ser como es ahora por eso se volvió pendejo, pero no me importa. Le cambiaría el carácter al mío por cualquier tontería, siempre están mosqueados con lo que se figuran de los demás.
El mío no es empalagoso, quizá olvidadizo pero honesto.
Cada mañana se sacude la tierra del olvido de encima, pero lleva semillas de su historia en sus bolsillos, mientras sueña un universo dentro de su pecho y deja que broten flores nuevas. ¡Sabe que lo único que le gustaría ser y hacer ¡ya está hecho! Eso sí, anda obsesionado con el 'Amor y extasiado con la luna. Está loco enamorado de la *emperatriz de los cielos...'y, por dentro reacciona como un niño, sonríe y se tapa para que no lo vea. La verdad es que mi Ego le debe importar mucho más el amor, por eso lo quiero tal como es. En eso nos parecemos  mucho. 

alattkeva

3 comentarios:

  1. Todos tenemos ese "ego" que dices querida Elisa, y seguro que el de cada uno es un "poco particular" y "caprichoso".
    Un abrazo y feliz comienzo de semana.

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  2. Sólo puedo decirte una palabra: ¡Genial! Lo he disfrutado. ¿Más? Que eres una gran Poeta. Un beso.

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    Respuestas
    1. ¡Vaya, querida , Julie!
      No me lo esperaba, andaba por aquí
      y he podido leer tu comentario. Son entretenimientos y nada más busco. Gracias por hacerme sentir poetisa. .

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