nadie se enamora de quien no quiere.
Jamás vuelve el rostro al jardín solitario
para cortar la única flor que le queda.
Tampoco mira el vacio para asegurarse de qué se llena.
Pero sí se detiene a media noche
ante el paso de la muchedumbre,
descubriendo estrellas de párpados cerrados.
Nadie se enamora
del perfil de los cometas
porque tiene los astros a su lado
y, en el espacio visible de sus sueños,
dibuja la luna con sus dedos.
¡Nadie le gasta bromas a sus cielos!
A. Elisa Lattke en: "Ranita Azul"
Fotos: alattkeva
Arlanda-Estocolmo- Sue-
Anochecía- Imagen desde el Hotel Connect Arlanda/2016
A media noche pueden pasar muchas cosas, incluso las que tú dices y señalas ahora.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues sí. Todo es previsible en cualquier momento, poeta.
EliminarGracias por tu amistad y comentario.