Atardeciendo las estaciones del tiempo nos regalan una reflexión, tienden a ser ejemplo para el ser humano en su visible y gris protagonismo.
Se dejan de buscar las suertes entre los tréboles, pero aún se apresura la vida a guardarse para la siguiente. Llo
Se siente el rumor verde de los cambios y la oxidación se implanta en el ropaje de los árboles, igual que la vejez en cada ser humano que la siente.
Estoy en ello, la descubro y la quiero, por eso necesito de unas tibias manos que me acaricien y dos palabras...
(alv)
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