Soy sueño de un Si bemol sostenido
en un pedazo de alma que me lleva;
dos hilachas de niebla que se eleva
a través de otro tiempo en que he venido.
Soy el ave que anida en una cueva
sobre musgo de rocas, complacido;
por servirle al ser que lo ha querido
para ovar su destino en cada prueba.
Una orilla del mar en la bahía
y su espuma besando las arenas,
con olas estrellándose en las rocas.
Dos gaviotas volando al mediodía
suavizando visión de muchas penas,
que callan marineros por sus bocas.
Elisa
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