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viernes, 26 de marzo de 2010

"Violetas y rosas" (Inspiración)

Este pequeño relato en prosa poética está inspirado en un texto de "Elelendo" (Orión) titulado: "VIOLETAS Y ROSAS", como una supuesta continuación del mismo. Me tomo la liberta de darlo a leer y le ofrezco mi humilde disculpa, animada por sus palabras. ¡Gracias "Orión"! 

... 
En el brocal del pozo la luz acapara la superficie de su fondo y se refleja en el agua. Allí se ha detenido el tiempo y esa misma luz encenderá tus ojos, me despertaran los trinos y la brisa que se entretiene por los bordes placidamente acomodada, acariciará tus cabellos blancos y el brillo del agua iluminará tu rostro. Siéntate sobre los líquenes mullidos que lo cubren y deja mis rosas sobre sus bordes... 
Amor, ha pasado mucho tiempo y aún la vieja higuera siente que sus ramas se vencen con sus frutos, nadie los recoge; las aves miran cada día cómo van madurando con el sol y el jardín, descuidado, es la viva estampa de tu abandono. ¡Mira el sauce feliz acariciando la húmeda hierba con sus ramas, que parecen disfrutar de la tarde!...Y, mira como las aves picotean los frutos que empiezan a madurar, con la ansiedad de sentir su dulce néctar y encontrarse alguna larva... ¡Ya no te ocupas del jardín como antaño, sólo te preocupan las violetas y las rosas, mis flores preferidas... Y siento como tiemblan todas en los tórridos veranos. 
Cuando tú me visitas y recoges una cuantas violetas, te miro como las besas y las dejas caer al pozo, luego, lloras y te sientas en su borde largo rato, dejando tu bastón al lado... ¡Amor mío! ... Déjalas que sean felices floreciendo alrededor de las rocallas, recibiendo los primeros rayos de sol y que el cedro con su fronda, mantenga la misma refrescando las tardes de nuestro jardín de encuentros. Las violetas disfrutan del lugar en el que permanecen. 
¿Te acuerdas, cuando feliz venías a besarme y, saltando con habilidad la cerca por detrás de la casa, sin que te vieran mis padres, te escondías detrás de los robles? ...¡Dios mío, cuánto tiempo ha pasado desde entonces y tú, amado mío, sigues esperando mis besos, envejeciendo cerca de mí jardín para volver a abrazarme!... 
¡Oh, sí, las rosas, perdona no las he olvidado! 
Me preguntas qué haces con ellas... Creo que estarán bien donde están y las más pequeñas sobre el brocal del pozo, dejando un sitio para ti, así sentirás su aroma cada primavera, pero quiero decirte algo: Cada tarde de melancolía que ya vence tu espalda, debes asomarte a sus aguas, allí en su profundidad verás mi imagen reflejada; cierra los ojos y piensa en todos los momentos que pasamos juntos, verás cómo la dicha de sentirnos deja que nos abracemos y ese amor de deseos, nos fundirá para siempre, somos dueños del tiempo y no quiero que el pozo siga llenándose con tus lágrimas, porque tu sueño y el mío fue y es la luz de nuestros ojos, que ahora me buscan en ellas... ¡Me sientes porque es el sabor del amor, su sal, porque me llevé tu alma! 


Elisa Lattke
            Agos/08

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