Perdonada, me abandono al tormento
de sentirme la flor de tus heridas;
por las entrañas tuyas consentidas
y en la luz de mi ser soy sentimiento.
Abandonado a mi dolor me siento
abeja de alas rotas, doloridas,
controlando en los vuelos las subidas
insegura de amor y sin aliento.
Somos torpes al viento que nos lleva
y hoy quiero que me sientas por tu pecho,
sabiendo quien se anida en franca estancia.
¡Tómame en el impulso, ven, eleva
pues te brindo segura y por derecho,
embriagarte de sueños y fragancia !
Yo amo en la distancia
también brindo mis jugos ambarinos,
miel de vida que enlaza los destinos.
Elisa en: "Don Anselmo"
2009
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