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Estas manos, Señor, están cansadas
tañendo con palabras cada verso,
rompiendo la amargura por las rocas,
se convierten en vuelos de mi verbo.
Mis manos fueron hechas de caricias
sintiendo la corriente de la sangre
me supe bien amada estando viva
escondida en la brisa de la tarde.
Estas manos urdieron otros sueños
por las luces y sombras del presente
como el resto de mí para mis días
en hilachas de nubes al poniente.
...
(Se ha estrellado mi proa en una roca
y conmigo el cristal de una mirada,
desafiando al rayo en la tormenta
conjugó su tempestad por mi morada.)
He amado, Señor, tú lo quisiste
regalando a mis latidos alegrías,
me abrazaron en besos generosos
para llegar al atraque de mis días.
Hoy me alejo algo más hacia al ocaso
y te piden indulgentes esperanza,
volar como gaviota mar inmenso
o empujada por viento a lontananza.
Estas manos, Señor, están cansadas
tañendo con palabras cada verso,
rompiendo la amargura por las rocas,
se convierten en vuelos de mi verbo.
Elisa
cuanta poesía cabe en ellas, cuanta emoción tan bien plasmada Elisa
ResponderEliminaruna delicia leer estas manos , como lo hacen las gitanas, la vida se nos escribe en los surcos que ellas interpretan
besos y feliz inicio de semana:)***
Tú lo has dicho, mi querida Licha, que es como leer las líneas de las manos. Hay surcos imborrables en los pliegues naturales de la vida, incluso en la sabiduría de los más ancianos; puede que el alma de un zahorí halle en ellas las fuentes de sus versos.
ResponderEliminarUn abrazo tocaya. Y mira abajo, bien abajo y tienes un regalo, es un sello de la "Rana Azul", que se me ha ocurrido hacer coge la Uhr.