Con la luna al horizonte
y a mi espalda sus silencios
me dirigen unos pasos
soportando lo que pienso.
Codiciando lejanías
abarcando más cansancios
por caminos peregrinos
se me antojan agonías.
Con el viento por sus brumas
con su llanto como lluvias
es el mar hecho de espumas.
Reflejándose en el agua,
me ha llamado por su tiempo
con arpegios de guitarras...
murmurando algún 'te quiero'
murmurando algún 'te quiero'
¡Ay sus pasos y los míos
y su rictus de tristeza,
cuánto añora dulces cantos
y al amor siempre le reza!
Estos versos son de nubes
que ella guarda a los poetas
los recoge de sus faldas,
con sonrisas soñolientas.
Dime, luna, quien te quiere
y te piensa cada noche,
ilumina sus caminos
que le llevan a tus montes
Dime, luna, quien te quiere
y te piensa cada noche,
ilumina sus caminos
que le llevan a tus montes
Ranita
Hola Ranita. Eres mi seguidora 111, que es un número con significado especial para mí. Po eso vengo a visitarte y a decirte que este poema me ha gustado mucho. Me quedaré un ratito leyendo. Te sigo.
ResponderEliminarTe leo, Elisa
ResponderEliminarPaso a mirar ahora y a mi balcón me asomo...
Saludos
Rossana
"El propósito divino" conduce la acción, me quedo con esto, me haces sonreír, porque he buscado ese 111 para recordar lo que le completa en su significado. Y además porque viene de un foro de poesía, que también redondea el asunto. ;-) suerte para ti soy de Capricornio
ResponderEliminar¡Gracias por tu visita, Un beso.
Ross... Mi Ross: el balcón no es como el de nuestra amiga Marién, donde hacen balconing los Egos. Pero en este, si a el te refieres, posiblemente halles un sueño dormido sobre el agua y una caricia de ronda por los lotos; alguna hoja puede caer sobre la charca y convertirse en un nuevo poema, ya el otoño va dejando de ser en una rana vestida de tiempo.
ResponderEliminarBesos. Se te quiere mucho.
Los duendes azules siempre me cuentan cuando te acercas.