Y somos para el tiempo mero aliento
de una loca carrera por la vida,
recordado repique en fe sentida
protegiendo el amor o un mandamiento.
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Y sienten su sentencia en la cerviz,
sus pasos arrastrarse por el suelo;
hay repaso del tiempo sin anhelo
y todos se encaminan al tamiz.
Ellos van aguantando su raíz
buscando donde creen que está su cielo.
Descubren que no fueron gran modelo...
al proyecto esperado y más feliz.
Caminan al cenit y van callados
con la parte pasiva que les queda,
aguantan con los huesos ya gastados,
recuerdos por sus canas los enreda.
Son ancianos, se saben sentenciados
y reflejan la angustia que se hospeda
desandando sus pasos acabados,
¡mientras otros se juntan a la rueda!
Elisa
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