Quién no haya sentido amor
y sigue estando a dos velas,
con el cuerpo en su dolor
y caminando sin suelas.
No sabe nada en la vida
y cree que tiene el consejo;
por curarse de esa herida
cuando ha llegado a bien viejo.
Una, que aún... "le arde el rancho"
y sucumbe al sortilegio,
de un sentimiento con gancho
le da por oír su arpegio...
¡Del acorde acelerado
en sucesión de sonidos
con latires repetidos
que nos dejan atontados!
Con el arrojo presente
y las ganas de vivir,
se nos nubla subconsciente
para soñar o morir.
¡Si no hay derecho a sentir
como se apaga ya todo...
Si el amor no es de cabeza,
¡recuerden a Cuasimodo!
Ranita
y sigue estando a dos velas,
con el cuerpo en su dolor
y caminando sin suelas.
No sabe nada en la vida
y cree que tiene el consejo;
por curarse de esa herida
cuando ha llegado a bien viejo.
Una, que aún... "le arde el rancho"
y sucumbe al sortilegio,
de un sentimiento con gancho
le da por oír su arpegio...
¡Del acorde acelerado
en sucesión de sonidos
con latires repetidos
que nos dejan atontados!
Con el arrojo presente
y las ganas de vivir,
se nos nubla subconsciente
para soñar o morir.
¡Si no hay derecho a sentir
como se apaga ya todo...
Si el amor no es de cabeza,
¡recuerden a Cuasimodo!
Ranita
geniales tus redondillas Elisa querida, su ritmo es saltarín como tu ranita bella
ResponderEliminarbesitos y mil felicidades
Precioso, precioso! Me han encantado. Te felicito amiga. Un abrazo.
ResponderEliminarSe nota su sabiduría y sapiencia, de rana versada en lides de charcas y albercas varias. Que se las sabe doña, ¡se las sabe!. A los que la leemos, nos corresponde aceptar que con la llegada del amor, perdemos la cabeza y otras cosas no mencionables...
ResponderEliminarBesitos ranita
Sabia ranita.... un poquitin de tristeza aun con el humor. Un abrazo
ResponderEliminar