Amiga soledad,
qué sabes del amor y mi reproche,
de sueños de la edad
estremeciendo al cuerpo de la noche,
o, acariciando al sueño
de un triste corazón lleno de empeño.
Prefiero salvedad
si me regalas broche,
confieso mi locura y lo reseño
sintiendo levedad...
¡Suplicio sin derroche!
¿Y quién me dice a mí si lo desdeño?
Elisa
Bonitas estas liras que hoy nos has dejado Elisa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ando buscando liras y por pereza recurro a las mías para un trabajillo de Taller de Escritura Creativa. Las repasaré por si he olvidado algo. Es bueno tener cosas propias.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Rafa.