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martes, 28 de mayo de 2013

Extremos



Con el tiempo empujando mis talones,
con la fragua de amor nunca apagada
y un camino esperando su jornada
siento el alma, Señor, entre jirones.

Con la vida marcando situaciones...
La palabra se empeña ya gastada,
¡me frena su desdén y derrotada,
me regala un sudario de sermones!

Mi jardín se marchita sin cuidados,
las avispas mataron las abejas,
y las flores no piden quién las riegue...

Debe ser que nos juegan a los dados
la osamenta que cubre tantas quejas
¡Y es mejor que me calle y me sosiegue!

No, el verso que me llegue...
Pues jamás le concedo esa licencia
si bebí de tu fuente en tu presencia.  


alattkeva
2013

1 comentario:

  1. Bonito monólogo en este soneto que nos dejas Elisa. Siempre en tu línea que tanto admiro.
    Un abrazo en la noche querida amiga.

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