Si se junta el horizonte
donde limita el paisaje,
donde se junta la mar,
donde refulge el celaje.
Pues se distingue su ocaso
lejanía en el primero
se tocarán en el límite,
dentro el mar y cielo adentro.
La incertidumbre es del agua
reflejo del sol intenso,
que al fundirse se arrebatan
en llamaradas de fuego.
Confluyen en ardentía
donde Dios siempre los toca,
¡porque el fenómeno es cierto
como el beso de su boca!
Foto: regalo de Tuulanyvacka (Suecia)
Ranita
25/5/2013
donde limita el paisaje,
donde se junta la mar,
donde refulge el celaje.
Pues se distingue su ocaso
lejanía en el primero
se tocarán en el límite,
dentro el mar y cielo adentro.
La incertidumbre es del agua
reflejo del sol intenso,
que al fundirse se arrebatan
en llamaradas de fuego.
Confluyen en ardentía
donde Dios siempre los toca,
¡porque el fenómeno es cierto
como el beso de su boca!
Foto: regalo de Tuulanyvacka (Suecia)
Ranita
25/5/2013
Bonitos versos en ese beso al horizonte Elisa.
ResponderEliminarUn abrazo.
El horizonte y la lejanía, ¿qué habrá allí que nunca conseguimos llegar amigo mío? ¿quién nos espera o qué espera ella de nosotros? Donde quiera que estemos o como estemos, caminas, vas, estás, piensas o meditas, el horizonte nos rodea y la lejanía nos espera por algún lado. Está allí sola o con algo o alguien como esperando.
ResponderEliminarGracias, Foncho. Un abrazo.