Te soñé que eras flor y te cerrabas...
Un deseado huésped de un albergue,
recubierta de estambre que se yergue
en corola de néctar que me dabas.
Soñé que eras la flor que me abrazaba y,
palpitando llorabas sentimiento;
y yo, el ave, golosa en su elemento
libaba con fricción y me besabas.
Y aquél es el jardín, regala esencia,
donde más brilla el sol, sentí tu pecho,
que repetías mi nombre por tu lecho
y llorabas, mi flor, por tanta ausencia.
Reclamando mi canto me querías
y sentías que posaba por tu rama,
que despedías aromas de su flama,
esperando los vuelos que pedías.
Soñé que eras la flor que me esperabas
y te morías sin mí cuando soñabas;
que yo era para ti lo que anhelabas
y quisiste esperar... porque me amabas.
...
¡ Soñé... que eras la flor enamorada
y sentí que en mis vuelos te perdía,
ya no pude cantarte, se moría...
este vuelo de sueños de alborada!
Elisa Lattke en: "El Ruiseñor"
21-8-08
Versos que evocan el recuerdo y el sueño, quizás vivido, con una gran sensibilidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si amigo, un extraño sueño de un tiempo que no era de este mundo . Pero como si fuese una metamorfosis. La vida onìrica es a veces muy rara y no sabemos si ya somos o fuimos, si estamos en este mundo o sólo soñamos qu estuvimos. En esos cambios no sabemos si el tiempo controla o son otros los que nos toman como un juego de rol, dependiendo del tema que escogen. A veces me pregunto si somos los que creemos ser por lo que nos va ocurriendo cuando recordamos , mejor, olvidamos porque nis inducen a ello. Gracias Rafa.
ResponderEliminar