Suspiro al ser la misma y llenarme
del aire que embelesa el pensamiento;
le doy al corazón entendimiento
y sirvo a mi Señor para calmarme.
Respiro... por ser yo y al sopesarme,
duplico mi fervor y me consiento;
ayudo a mi propósito y aliento
al alma personal por cuestionarme.
Firmeza y gratitud ante el espejo...
Un mutis en silencio no desgasta
ni evitas un brutal moho porque ejerce
su efecto, y va alterando el tronco viejo.
El rol de todo invierno y quien subasta
las hojas que despoja y las retuerce.
...¡Resecas a la fuerza,
separa, descompone y desdeña
holladas por caminos...y olvidadas!
A. Elisa Lattke V
Es inevitable que surjan estos versos como consecuencia del otoño.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
Es más que cambio de estación. Es más que el otoño en tu hemisferio. Es poesía.
ResponderEliminarUn abrazo Elisa querida.
Rafael, el moho es un elemento que ataca todo y pocas materiales se libran de ello. En un ser vivo se manifiesta a veces rápido y otras imperceptiblemente y cuando vemos las hojas caer, sabemos que nos están dando su lección para asumir cada estación cuando llega. gracias y un beso, amigo.
ResponderEliminarTaty Cascada, a veces pienso en ti como cuando hace un verso y te refieres a las piedras, el suave musgo, la cascada del agua y los líquenes. Sí, asocio nombres o apellidos a los poemas porque los recuerdos y las gentes que nos aprecian también van dentro de lo que nos gusta hacer. Gracias por pasar a este moho de la realidad que nos hace parte de la vida. eres muy amable, amiga.
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