Fluye ferviente este río
que escapa del subconsciente,
lo mismo corre en mi mente
que me templa el albedrío.
¡Ay, Señor, qué desvarío
del pensar meditabundo,
imagen triste del mundo
habitando en soledad,
anacoreta en verdad
quien rechaza amor profundo!
Calla, calla, corazón
no latas que se te escucha,
y venga a echar a la hucha
tanto sentir con razón.
Temes estar en sazón
si a la tundra se te lleva,
¡si levitas o se eleva
toda emoción te desgracia,
aunque no le veas la gracia
siempre el amor nos renueva!
Ranita
que escapa del subconsciente,
lo mismo corre en mi mente
que me templa el albedrío.
¡Ay, Señor, qué desvarío
del pensar meditabundo,
imagen triste del mundo
habitando en soledad,
anacoreta en verdad
quien rechaza amor profundo!
Calla, calla, corazón
no latas que se te escucha,
y venga a echar a la hucha
tanto sentir con razón.
Temes estar en sazón
si a la tundra se te lleva,
¡si levitas o se eleva
toda emoción te desgracia,
aunque no le veas la gracia
siempre el amor nos renueva!
Ranita
Es casi una oración.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sólo el amor puede salvarnos de todo lo que merece NO vivir. Muy bueno.
ResponderEliminarQuerida Ranita:Sabes que me es grato pasar y zambullirme en el charco de la amistad. Me encanta como escribes y describes la vida. Ello es la poesía más próxima y certera.
ResponderEliminarUn besiño grande.
Rosa María Milleiro
Vine especialmente, para dejar mi cariño, querida Ranita y me vuelvo a quedar en la POESÍA
ResponderEliminarAbrazo grande
Ross