Mudanza
...
Y pensar que el agua salada será bautizo
acompañando mis andanzas por las olas,
que en la tribu de la esencia poco importan pasiones y delirios
y, cada espíritu,
deja ver al verdugo de su angustia.
Que, de lo que somos y seremos,
es ya de una maldita herencia hermana que nos parte
marcada por Caín y Abel y, por los dos, se sufre...
¡Pero nunca nos libramos de estos dos u otros de la muerte!
La soledad del alma se alargará en sus sombras, callada,
en medio de temporales y ventiscas.
Que es posible ver de nuevo el verde del verano
y la lluvia de hojas ocres cayendo por otoño.
Allí estaré para la breve estancia en sus pupilas.
No sé si te sirve de algo mi Adonai.
También sabes del Amor, como huésped del invierno
aunque la fiebre cambie el pulso
y la tos se sobresalte
urdiendo sombras por la mente;
se apacigüe la marcha desmesurada de un reloj sin cuerda
que va a la deriva de los días.
Porque esto que ha empezado, nos engaña y sigue...
Quizás necesite muchas albas mirando el horizonte.
Mas, este temor que atenaza no confunda
porque quiero ver el sol avivando llamaradas
y lo necesito en el festejo de sueños de este largo viaje;
mas es importarme volver desnuda de nuevo y sin mortaja
pues el cuerpo trasciende en el vértigo final.
¡Qué lástima dejar todo!
Despojarse del andrajo de mortecino cuerpo,
tirarlo sin respeto aunque fue compañero de fatigas;
pero será -como todo- del olvido inevitable, un fétido cadáver.
Esperaré, -como siempre- Amor,
cosiendo las distancias
a la orilla del alba de los tiempos,
a la orilla del beso que rogaba
y, a la orilla de nadas y en silencio,
mirándose en los ojos las dos almas.
alattkeva
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu visita.
Cualquier comentario que hagas aquí, se valora y ayuda a mejorar el contenido del blog, sobre todo al buen uso de la Lengua.
Puedes escribir a mi correo personal: auslava@yahoo.es