Catedral de San Vito (Praga)
Como si no estuviese, estoy
en este yo de espiral inacabable.
En la frecuencia de ser siendo conmigo
la intención en que retengo.
Indago en la palabra o rebusco por la idea
la permanencia ingenua que me afirma.
Ah, cometo errores con mi lengua,
usurpando el camino de las letras al juntarlas
y se abastece de mí, la senda que me lleva.
Me repliego en todas y, cuando avanzo,
me dejo llevar por tanto enigma
haciendo de mi hábito una forma alentadora;
labor grata, donde elaboro mi pensamiento agreste
y donde sólo yo seré lo sorpresivo.
Y sigo como si tal cosa fuese
para darme unos giros feliz y en remolinos.
Otras veces, juntando sintagmas,
navego a alguna parte
y hasta intento hacer el amor debajo del agua,
¡qué le voy hacer si entre los lotos me entiendo!
Mas llénase mi espíritu y dormita.
Por suerte, me acumulo en mí,
me hago una piña.
Y, sin dejar de sentirme en el pleonasmo que desgasta,
mi memoria es un nido flotante e impermiable;
porque, al indagar con labia fecunda
veo en el limo oculto de lo aparente,
la forma en que fagocita el pensamiento
mientras lo absorbe el alma.
¡Quién me explica a mí cómo se calma la sed donde no hay fuente!
Mas llénase mi espíritu y dormita.
alattkeva
Difícil comentido el de calmar la sed así. Creo que es una tarea imposible, pero de eso sabemos algo los "poetas".
ResponderEliminarUn abrazo en la noche querida amiga.
Es tiempo de pensar, más que decidir, amigo míos.
ResponderEliminarLa claridad se nutre de la edad, el tiempo de lo hace de quienes observams; pues tenemos mejor visión del mundo en que vivimos y para qué estamos en la llamada Vida.