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domingo, 22 de noviembre de 2015

Noté una nota y la anoto


 ¿Quién sabe... ¿quién está seguro?
A veces, la luz de los pensamientos positivos ilumina las sombras que nos amenazan.
Algunas sombras conocen la luz y para no empaparse de la lluvia de pensamientos iluminados, prefieren no mojarse con las ideas para no editarlas. Hay ideas locas, tan disparatadas, que hallan su propio refugio interior y se sienten en su gloria, mirando detrás de unas rejas... A veces gritan.
Dejaré de pensar para dejar de preocuparme por tanta frivolidad a la que no le pongo precio.
Me iré despacio, sin equipaje  y sin hacer ruido, si no me escucho respirar, es porque no interfiere el mundo en mi silencio.
Acaso sea mejor un pedazo de tierra que uno de cielo. Al menos con el primero ya tenemos un lugar desde donde mirar las estrellas.
Hoy no tengo sueño, pero tengo una esperanza con ganas de ser cierta, porque colma todos mis deseos. ¡Pero he olvidado cuáles! Se lo preguntaré a la Fe, que esa nunca tiene dudas.

alv


2 comentarios:

  1. Es bonito este monólogo que nos dejas y cargado de razón.
    Un abrazo y feliz domingo.

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  2. Se entretiene el pensamiento
    con cantarse las cuarenta;
    otros cantan por su cuenta
    mientras fluye el sentimiento.

    Gracias Rafa.

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