Se masca la palabra y entretiene como un chicle.
Escribimos y es mejor no decir nada.
Respirar paz, esnifar los anhelos,
meditar la tristeza y, si hay dudas,
presuponer cómo son las cosas intangibles,
alborotando la nada y despeinarse.
Seguir a las palabras con la mirada,
ver cómo se posan en su vuelo
desparramando ideas generales.
En cualquier soporte se ponen y si hay peana, mejor.
Están encantadas con público delante.
Abstractas, altivas, seguras, encriptadas
románticas, excitadas, persuasivas, ladinas y enredadoras.
Es bueno permanecer callados mirándolas,
mientras se buscan unas a otras
sin reconocer a su dueño.
Algunas son más que un verso. ¡Ligonas!
Otras, auténticas, llevan rumor de caricias.
Se las nota trémulas. Húmedas, sobonas, deseosas.
Hay demasiados sentimientos dispersos.
Los hay que se despluman
y salen del armario.
-Nos hacemos cargo
En cada ser humano hay demasiados poemas
hechos de suspiros.
Otros divagan, razonando la existencia,
envolviendo su tiempo de almanaque.
¡Lloran y babean!
Y, algunos versos cojos no llevan garrota
¡Quién los lee o los ve!
Todo cuanto expresamos, habla de nosotros.
Demasiadas ilusiones están sujetas a la brevedad de los años.
Todavía callan los expertos que no corrigen ni comentan.
Deberían.
Prefieren la crítica de lejitos o reír un rato con el neófito.
El tiempo medita corriendo
y nunca tropieza,
carga las pilas mientras vuela.
Los pensamientos se editan, venden, alquilan,
se plagian, borran, queman, se echan en un cajón y se olvidan;
pero sabe el tiempo quien lo entretiene con su locura transitoria.
Quien se ilusiona coleccionando antologías
y quien no lo tiene por pendejo.
y quien no lo tiene por pendejo.
La risa se contiene con sonrisas
cuando sabe percibir los fracasos,
ríe a carcajadas.
Es que, la necesidad se habita a sí misma,
y la timidez juega al veo veo...
¡Y no ve nada!
Quienes leen se acompaña de su soledad
¡y se acuesta a las tantas con ella!
Escribe para nada.
El deseo, para variar, teje un jersey con ovillejos de lana.
La sintaxis, se mira mucho al espejo
y teme hacer el ridículo, pero es original.
El diccionario es el ratón colorado del escritor malo.
Verbos que enseñan sus conjugaciones al aire y sin pudor,
se asoman curiosos por todas partes.
se asoman curiosos por todas partes.
Todo está presente en la pregunta y lo contrario.
Los fastasmas rondan.
Asedia el temor de no estar vivos,
y surge una esperanza...
¡Croa la vida por los juncos,
ríen los duendes y hay magia!
El humor tiene sueño.
alattkeva
Un buen repaso a ese mundo de las ideas y pensamientos que todos llevamos dentro y tratamos de sacar y expresar para que lleguen a un destino.
ResponderEliminarUn abrazo.
🤣 Gracias amigo, le daré un repaso. No veas lo que me hace reír 'esa rana'. N¡me acordaba de este poema i será un pataleo en malos momentos!. Creo que tiene un espíritu consejero. 🤔
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