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martes, 8 de enero de 2019

Pienso, nada más...


La vida está llena de Minotauros en su laberinto
y aún los hay sin salida.
Siempre hay un Dédalo que disfruta con ello.



(I)


Pienso, nada más...
En las etapas de un mismo mal.
En la noche cargada de lejanías...
En la tristeza acongojada pidiendo lágrimas...
En los cuentos de que nunca se acaban
En la reputación de las estrellas fugaces
El la coja que pierdo las ganas de correr
En si me conozco cuando otros creen que lo saben... 
En lo que pasa y no me pasó nunca ...
En el pecado propio que se cuelga a otro
La mala fama del cuento que no se cuenta...
Y en La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada
En mi alma tan llena de misterio.
En las palabras encadenadas...
En un tiempo que pasa discreto,
que no cambia y sólo me arrastra adonde me lleve;
sin dar margen a resolver una vida satisfecha. Cumplida.
Sólo miras, lees, te queda absorto, sueñas y juegas,
y espera entretenido sin hacer nada. ¡Nada!
Con las ideas de lluvia imparables, buenas y malas.
Empapado de un dolor viejo... ¡Y ya se siente frío!

Al Tiempo mío,
no le importa nada de lo que piensen otros.
No quiere pensar, no quiere saber...
¡Sí quiere mis noches de estrellas,
Sí quiere escuchar mis palabras,
No quiere mi alma honesta, porque la teme!
Teme la certeza y que sepa la Verdad...
¡No quiere nada y dicen que me quieren!
-A ratos, lo sé, mientras no toquen el engaño-
Complace, sólo complace.
(II)
Pienso en todos lo sinsentido:
En mi forma de ser siempre la misma,
En el valor que le doy y me dan unos u otros...
Lo que vales ante el mundo.
Lo que éste se empecina en enseñarme
con su estómago lleno y feliz.
Y pienso en el otro, el Monstruo de antaño:
Con su experiencia ajustada a sus expectativas.
Y penetras en ese mundo del azogue social...
¡Ves, claro que ves muy bien y escuchas todo!
Compruebas lo poco que eres ante los espejos.
¡Uno más!
Y pienso: en la sensibilidad reprobada por la zafiedad
del que se engaña a sí mismo, pero huye de la honesta realidad,
¡y se sale con la suya!
"Sé, que no se gana dinero para vivir con lo que se piensa"

(Descaradamente te echan a la cara las cosas)

-"Eres sólo una escribidora más".
La inutilidad del bien ante la materia, sigue siendo ineficaz.
Sólo un paliativo 'genérico'.
Ser bueno no vale para nada, -me repito-
sólo para unos pocos, ¡menos mal!
Pienso en esos que dicen:
"¡calla, no sabes, especulas!"
(¡Los mandarías a la mierda!)
"¡Te lo figuras, inventas y te lo crees!"
Y el dedo te señala:
"¿Por qué lo dices, por qué te lo figuras?"
¿No piensas, que toda verdad es dual?
la mía, la suya y la de los demás,
Pero la hay  sin mentiras. La que no se cuenta.
"La que te figuras de los demás..."
La Verdad, es sólo una, no la que te contaron.
Si las cosas no se inventan solas.
"No hay mal que dure cien años"
-Preferible permanecer en silencio.
Pesa su contenido si no lo exprimes.
"¿De dónde sacas las ideas?"
( Claro, todo ha pasado me lo inventé)
"¡Ah, tu verdad es la única!"
Y sin ser monólogo sordo, callas.
¡Otro abducido!

(III)

Y pasas página, sin pasar de la vida.
"Ella sigue igual", como en la canción.
Y los culpables de sus opiniones
son como fantasmas del pasado:
fantasiosos o visionarios, locos ilustres
o pensadores insignes, ignorantes excelencias,
hippys idos a más, pero son y serán de un presente que toca a nuestra vida,
¡hasta que se pasa el tiempo y llega otro relevo!
Y vuelve cada loco con su tema y cada tema con su testimonio.
Escucho los pasos torpes de tantas cadenas que nos atan.
Las lenguas calladas o arrancadas, por necesidad, enmudece,
o sólo murmuran.
Puede que por el miedo respeten su raciocinio.
siendo prudentes. Guardan su apariencia.
O, se esconden del más fuerte, temiendo la evidencia.
por si pierden su apariencia altiva y segura.
y cada diablo en la vida de todos, partido de la risa.

(IV)

Nunca piensan quedarse desnudos
y descubiertos de los harapos del engaño.
No puedes opinar, porque lo práctico es:
callar en este mundo, "ya se morirán los de la buena memoria".
Pienso en lo que guardan ciertos cerebros,
en la humanidad confiada y sin Justicia.
¿Serán felices los canallas? - Me pregunto...
¿Qué conciencia se puede tener?
Y en el dolor del que se sabe limpio de culpa. El inocente,
pero lo abrazan y sonríen, y sabes lo qué piensa:
¡Cada vez estás más vieja, con suerte me quito del problema!
Y 'el problema' sigue sin olvido y eso se nota
Ha conseguido engañarnos? ¡No!
o, es más fuerte que nosotros, oculto en su sonrisa.
Sabemos de sus armas para no claudicar.
Eso es lo que más le importe a todo monstruo:
lo que tiene en sus manos.
Y lo ves como quien ve al mismísimo demonio:
-¿Ha engañado a todos?... ¡No, aún no!
Y recuerdas tantos gritos que se enquistan en los pechos;
sagaz, feliz y triunfante.
Aunque lleves el alma limpia, tiene algo tuyo en sus manos.
Acaso crea que ha ganado la batalla
con el infundio, la calumnia, el ardid, la tapadera.
Y hay temor a que lo desnuden del todo,
pero tiene la Verdad del más débil.
Su chantaje. Ves su experimento en sus manos...Porque lo es.
Está bien atrapado, Su experimento, también lo sabe.
Psicología aplicada con la que ha dominado, como fiel prueba.
-Sabes que por ahora, ha ganado el enemigo.
Pero aún tiene memoria quien lo observa por estar vivo.
-'Su estorbo'.
Y te transformas de nuevo en: "la loba va descalza".en medio de tantas espinas, mientras duermen los lobatos,
y un Viejo lobo, cansado, ni siquiera tiene aullidos.
Pero la loba los tiene dentro de su alma cautiva .
-Mas, en el fondo de esa Naturaleza animal,
que cree que Dios es justo
y que todo cobarde y "pobre diablo", aún le teme.
(V)
Hoy no estoy para mí alma -me digo-, mientras lloro;
siento que debo protegerme de otros pensamientos.
Esos que tiempo atrás la dejaron sin mí,
apartada, consumida en su desesperación,
atacada por las trampas.
Aullando entre las zarzas.
Y para que no sufriese esa alma mía,
la salvé para alargar mi vida;
y ver lo que pasaba en el tiempo.
-Aún no me da respuestas.
¡Me gustaría marcharme para no volver!
Irresoluta fui ante el Monstruo...
desprotegida, frágil, enmudecida;
y sé que ella sigue en su laberinto,
¡Y el monstruo sigue allí!
Ante tanta sinrazón y falsedad tan educada de un lado u otro,
¡Sin poder salir de una falacia, el laberinto!
¡Y el Diablo no pierde sus papeles,

sigue echando lea al fuego 

!

A. Elisa Lattke Valencia.

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