Nunca olvido los silencios sin respuesta
de aquellos que callan su Verdad.
¡Y no vale la pena croar donde no hay agua!
Y que la vida a todos nos enseña su lección favorita:
¡Vivir! Pero se olvida "la letra pequeña".
Esa letra que solo comprenden, acaso, las ranas Azules
y una luna de sortilegios.
En este medio de las Redes Sociales,
la vida pasa, pasa y pasa sin cesar con su salmodia diaria;
hasta un croo puede resultar aburrido
o molestar a quien no le gustan las ranas.
Ellas también tienen sensibilidad,
quizá sea orgullo de origen, su gracia azulada.
pero son visionarias y leen entre líneas
y van dejando de aparecer poco a poco.
Donde no son bienvenidas, se marchan.
Y lo entiendo por la tanta vida que Dios les dio
y las tantas cosas que hacen para nada. Se aburren.
Soy una más sin más pretensiones,
sin más que dar, ¡que lo que siempre he dado:
un poco de amor, buen entendimiento, crítica constructiva
aunque la analítica molesta y lo sé. ¡poca aporte!
Pero ellas, las "ranas azules", piensan aún por eso existen.
Así, me fatigo menos, sin maná en el desierto.
Ya soy mayor, una anciana de tantas, para olvidar mis gafas,
y más cuando no puedo saltar para estar en todos lados.
Lo siento. ¡Pero no soy un bluf!
Aunque, la verdad, ¡nunca me valió ser sincera con nadie,
-¡Quién va a creer tanta historia para dar explicaciones!
Qué le vamos hacer, si no me gustan los insectos dípteros.
¡Pican!
Seguiré nadando bajo el limo, dormiré en mis loto de siempre,
mientras la luna pasee y se refleje en el agua, soñaré...
Sé que se moja su camisón de nubes en 'mis charcas',
¿sabrá que sigo escribiendo poemas para ella?
alattkeva
Foto: Charca artificial del Parque Valdebebas (San Chinarro) Madrid capital
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