La levedad del tiempo

La levedad del tiempo, es el que no se ha vivido.

Sinceramente creo, que tiene que ver con no haber vivido lo suficiente, para sentirse pleno, especial, importante e único. Por ejemplo: útil y productivo en una palabra. Es lo que la sociedad del contexto y el tiempo que vives, exige.
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Pasar por el tiempo es como ser una hoja más de otoño agitada por el viento, prisionera de su rama de donde pendía con sus demás hermanas y su protagonista, el árbol que la sostiene; al que vestían con su bella fronda, la que va dejando de ser con los primeros vientos y frío una bella hoja.

Hay seres que por tanta dependencia podríamos compararnos a ellas, las hijas caducas. Porque sólo somos parte de algo que quiso ser perenne o rrnovada; y cuando se tuvo una oportunidad para volar, llegó una racha de viento... ¡allá que te vas sin saber dónde te lleva la vida en su hojarasca! 

Te vas arrancada del lugar que ocupabas en el árbol, entonces no hay forma de agarrarse a nada y vas en busca del fin. Estas muerta. Te pierdes entre la hojarasca seca de los caminos, para formar parte del limo bajo el húmedo suelo o la nieve del invierno; sirviendo de compost al deshielo por primavera.

¡No nos engañemos, que la comparación es así de honesta con millones de seres que les toca una vida parecida!
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Por eso digo en otro anterior párrafo de un pensamiento propio, esto:

*La vida que se desnuda delante de Dios, conoce mejor la naturaleza de sus galas.
*alattkeva*.