De mi ser lo que tú quieras,
si ya mi alma te la he dado.
-Le dijo la sal al mar.
...
Agua...
Mis manos siempre en las tuyas;
mi calor es tu vibrar,
el hechizo de mi fuente
para tenerme en tu mar…
siendo oleaje en tu frente
del amor que Dios nos da;
el que lleva la ternura
que calma la soledad,
con su caricia más pura
que dos almas saben dar.
En mi regazo hay un cielo
lleno de miel y su sal,
son sabores de la vida
mientras ella… se nos va.
Cuando quieras mis caricias,
...todas, amor, las tendrás
sintiendo por tu cabeza
descanso y felicidad.
¡Ay, cómo se mueven
olas de pensamientos,
la barca de este pasar
izando velas por... vientos
sin importar naufragar!
No volverá 'el ave negra'
en su rama morirá;
que la salud de las almas
es Amor. Necesidad.
Ranita
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