De la mazorca apretujada, grano;
semilla de la tierra, pan andino,
es maíz de la esperanza un destino
en tibio cuerpo de mi barro hermano.
Y de mi grávido ensueño, ave o pluma,
adorno del sombrero de mi duende
en su veloz incógnita desciende,
deslizando caricias por la bruma.
Como fruta salvaje o feliz vuelo
en tibia arcilla y abrazo de mi tierra,
soy estrella de luz donde me encierra
el colmillo de Dios bajo mi cielo.
Me escancias la vasija del cerebro...
Y te bebes mi entrega de alboradas
naciendo de tu mente en un requiebro,
regreso a las estancias no olvidadas.
Imagen de mi inversa, voz del verso.
Mi bautizo de lengua, ave de sombras;
atraes vida y aromas si me nombras
carne humilde de Dios en tu universo.
Elisa
Dez09
Dez09
Esta es una mezcla preciosa en la cual los que leemos tu palabra salimos cual arcoiris en mano a cantar versos propios.
ResponderEliminarAgradezco, una vez más
Esta vez con abrazo
¡Gracias Ross!
ResponderEliminarNecesitamos de ese pan de amor igualmente para alimentar el espíritu.
T.Q. Elisa