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jueves, 17 de diciembre de 2009

Un rato con ella...

Con un dedo sobre la arena escribí un nombre...
Cuando debí escribir el tuyo y así volvieras
para sentir que vuelo... vuelo como la arena,
cuando ella pasa, la suave brisa así la lleva .
(Elisa-09)

Me he echado un sayal por los hombros para sentarme en el porche de mis ilusiones.
Así me quedé un rato pensativa y debió de pasar el viento y saludarme, porque sentí un suave susurro acariciar mis oídos. 
Cuando salgo allí fuera de mi ser, me encanta quedarme en mi silla preferida frente al mar, acomodándome en mi recodo de ideas y dar paso a infinidad de pensamientos que me acompañan. Con ellos salgo  a pasear por mis senderos interiores.

La tarde imaginada pasa con suavidad y me acaricia el rostro. Necesito su beso para despedir el día cuando el crepúsculo manifiesta su atractivo encanto ante mi mirada.  Extasiada en el evoco otros momentos  que no  se alejarán nunca de mi memoria, dejándome esos residuales encantos que acompañan los pasos de las tardes por mis noches, asida de mi brazo hasta los muelles va la luna. Un sin fin de gaviotas se perdieron con los últimos rayos de sol, a cambio, las estrellas salpican el firmamento regalando su cálido manto al calor de una conversación. Y el andar se hace lento deseando que no termine, para que no llegue el nuevo día que merma el tiempo.

Siempre hay una alegría en el cielo, siempre hay una tarde que no es la misma de todos los días, siempre hay  unos pasos que nos cuentan cosas y otros, que se callan escuchando.  La vida es siempre un compartir, un sentirse enamorado, es complicidad maravillosa que nos hace felices y seguros. Algunas veces quebrantamos el silencio con nuestras acciones, entonces ellos vociferan, se rebelan y se vuelven agresivos arrastrándonos al caos. Si lo pensamos fríamente, sabremos que no había razones para convertirnos en recelo, temor, rechazo de al vida que amamos, de la misma Alma que perdemos, de los sueños que se oscurecen, de los ocasos que no compartiremos con la luna del brazo caminando... 


Hay un tiempo de nosotros mismos que aborrecemos y despreciamos cuando nos hace daño, porque es el que hizo daño a otros. Un tiempo que se montó sus ideas ajenas a nuestra alma y es por ello que se aleja, porque nos desprecia cuando creía conocernos y, si se monta sus elucubraciones de la verdadera causa, somos nosotros los que tenemos la culpa o quizá la distancia entre ella y nosotros para abrazarla y contarle por qué todo pasa así, cuando no lo deseamos. Es posible que no podamos explicarnos qué puede llevarnos al error y sí. Entonces nos hacemos de algo así tan tan sagrado que por lo mismo aprendemos una lección más, para que quede plasmada en algún lugar del cerebro. Pero es triste pensar que ya la lección la sabíamos y aún más, le damos vueltas a ese momento en que todo se vino abajo, desplazando del cuerpo el alma que nos llenaba; alejándonos por completo hasta quedarnos sin aire, fuerza y energía, enfermando. Nunca seremos los de antes por mucho que lo intentemos; no por lo aprendido y sí por lo perdido.

Alma: Tú y yo sabemos qué se aloja en el  ser que nos sostiene. Somos dos, siempre juntas y espíritu de la misma naturaleza creadora; mi contenido ha estado ‘en cuarentena' para caminar del brazo de los años al faltar tú... La vida se me ha antojado un zurrón de avispas  a las cuales les di un palo. He tenido que sumergirme en esta charca mental por mucho tiempo, ponerme 'un disfraz' de los míos para favorecer mi realidad, hasta que se han calmado las avispas y se han ido de nuevo a entretenerse haciendo su nueva casa pero la casa de mi cuerpo se ha quedado marcada... ¡No me reconoce ni mi propia alma!


Las travesuras de un ser de mis años ya no tienen la misma candidez del infante... ¿o sí?
Madurar siempre es un engorro pero resulta beneficioso para  que nos salgan todas las canas de una vez en  menos tiempo, te lo aseguro. ¡ Han sido todas como las arrugas del rostro! Por eso, aquí a la sombra de este porche, sentada imagino o divago con el deseo de hacer un balance de lo que  me queda. Conseguir el equilibrio y la seguridad que perdí es otra cosa mas ardua, al no tenerte a mi lado durante largo tiempo y de la forma en que estabas, porque dabas salud al cuerpo que habitas. Porque en ese desalojo no quería estar sana y morir era la solución.


 Aún me pregunto por qué el viento es tan convincente y hechicero, para conseguir con un soplo saber todo… ¡Nos envuelve zalamero y vacía para dispersarse! Así se quedó como dios dándose un revolcón huracanado de carcajadas. Aún me parece sentir el eco tropezar por las montañas y los valle, insuflando su sopló a su fogote... ¡Pobre alma mía! Aprendí a amarte  mucho más por el dolor que lo hice mío, porque era también de mi pobre cuerpo que no pudo soportar tu marcha, viendo como te alejabas dejándome sin vida, sin ilusión, sin nada. Lo eras y eres todo para mí.  Ahora, sólo me queda un sayal para estos fríos de mis inviernos, rojo como el ocaso que se va diluyendo en mis poemas hasta que se haga de noche y sea yo una estrella en su manto. para entonces tendré a la luna más cerca para pasear con ella del brazo.

Y es que, lo que tenemos y necesitamos es lo que hay para sostener esta realidad. Respiramos de lo que nos insufla el destino para sentirnos que nos mantiene de este modo. Aunque  nos pese saberlo por lo mucho que tropezamos a lo largo del día en lo mismo, donde se acomoda igualmente el ánima de la palabras taciturna en renglones de estrofas. 


Mi Alma se ha acostumbrado a estar fuera de mi alcance, desgonzada de su cuerpo pero así es feliz, basta sólo mirarle el rostro para saber de qué se llena... No concibe estar en otra parte y campa fuera de estas latitudes físicas, como si tuviese alas cuando he sido dominio suyo en todo tiempo, en la cruz de mi sur y norte cuando erguida alzo mis brazos y la abrazo.  Un punto intermedio donde poder divisar la realidad, donde poder reencontrarse de nuevo con ella, porque al fin de cuentas ella y  yo nos conocemos desde la eternidad y hemos andado demasiado tiempo juntas, como para que no tome yo una determinación de abandonarla sin avisar ¿o ella a mí?… Por eso entiendo el vacío y debo llenarlo cada día con su presencia, aunque se haya acostumbrado a estar lejos de este cuerpo viejo que se necesita menos cuando ella me sabe… Debe pensar que ya me dio todo lo que necesitaba. 


Elisa.
09 
*Foto de alattkeva (Playa de Vera-Alm.)

2 comentarios:

  1. es precioso, un fuerte abrazo con mucha admiracion.

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  2. http://lacharcadeelisa.blogspot.comsábado, diciembre 19, 2009

    (?...Pienso en dos floristerías) ¡Gracias!
    Un abrazo para ti y mis mejores deseos por estas Fechas de ilusiones. ¡Que ellas se cumplan en las tuyas!

    De una rana azul.

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