No soy más que un instante, uno honesto y travieso;
la caricia y el beso que se puso delante.
Instantes de vida, cuando paso por ellas,
el amor al alma que ilumina mis huellas.
Oceánica entraña me diera tu aliento
y sentí de una voz renacer en el viento;
de una pálida arcilla entre cielos de nubes,
me aferré a sus cielos de abrazo en querubes.
Me inundaste la mente y aprendí de mis penas;
en tu alma de fuego despertaste mi vida.
Y en grutas marinas me escondí asustada
creyéndome extraña cuando soy de tu llama.
No me ves como soy en tu misma moldura
de la adánica arcilla, de un amor con altura;
como Eva tentando su evidencia en la orilla
mirando el reflejo donde duerme la luna.
Brevedad que se siente y nos tiembla en la bruma,
de ilusión en acoso prorrogando ventura.
No soy más que instante recogiendo su todo,
un regalo de Dios en la sed de su polvo.
Elisa-09
me gusta... lo podria volver a leer mil veces mas.
ResponderEliminarMe alegro que te guste mi espacio.
ResponderEliminarUn saludo. Elisa
¡Gracias!