Amigos, familia y conocidos

viernes, 26 de marzo de 2010

Imagen proyectada...

..."El contacto sereno
de piedra y ser humano
encienden una rápida corola
que envuelve luego a ser lo que antes era:
carne y piedra: entidades enemigas .
(Del poema: "Cuando se toca el topacio" Neruda)



¡Tú! No me temas, mírame desde el mismo espejo con la apariencia que nos transforma para un bien o para lo contrario. Mírame desde el lado insustancial como quien mira a una niña, o desde ese otro donde la esencia nos confiere la dignidad precisa para saber de qué hablamos como adultas, tú y yo, Imagen.


 Mírame, sí, desde dentro, desde fuera hacia mí o hacia ti. Indistintamente en el espejo como el reflejo que somos,  pero no tengas lástima de mí por cómo me ves o creas que pienso. Podemos sentir lo mismo cuando el sentimiento es estupor. Sí inquieta y nos transforma para buscar un refugio estricto o piadoso... –Ah, el de siempre- ¡Y qué carga tiene el Creador siendo padre y Señor de todas las cosas, cómo si no supiese de nuestros propios pensamientos programados desde un antes! Como cualquier recurso piadoso de agarre en la crecida del río interior, eso es lo que somos y cada uno de nosotros representa lo que quedará del naufragio de la carne para sacarle su provecho, lo que queda: [i]“El sombrero del ahogado”.[/i]Mírame tan caduca desde tu adentro hacia este afuera mío donde verás seguramente, lo más parecido a un ser restricto o básico, como si te hubieses perdido en esa ciudad interior que tanto conoces en mí y, ahora, te sintieras perdida por sus arrabales donde también viven otros humanos a los que no estás acostumbrada a tratar, porque son mis propios pensamientos… ¿Propios? ¡Podemos estar seguros que lo son! Tu misma me has hecho perder mucha confianza, no así la del Creador de tantos ‘yoes’ que son los suyos.


Pon la mirada sobre la transparencia presentida que percibe el calor de la imagen reflejada, donde se encubre prudente el mutismo necesario, pero el trémulo labio balbucea un nombre sin sentir repulsa por la idea, cuando si conoce la pureza del sentimiento. Por qué arde si se estremece frente a lo mismo que le embarga. 
Cuando nos miramos en este otro espejo, el real y semejante y en presente, podemos ser fruto de un sueño completamente libre de nuestra intervención física. Parece que es , que estamos, somos, nos sentimos y hasta podemos tener sensaciones cuando nos tocamos. Es posible que sólo seamos parte de lo que se prolonga a través del tiempo y, como imagen que somos de lo proyectado, ella nos dibuja sin saber nosotros si seremos un proyecto de otra u otras mentes, que quisieron repetirse en la eternidad negándose a su verdadera destrucción física a pesar de la muerte. Y, deseosas de permanencia en ese juego perpetuo dominando la fuerza de su propia energía; como si fuésemos infantes en un juego insensato desde nuestra perspectiva humana, miramos esa relación mágica con ojos codiciosos como si de una vitrina de pastelería se tratara, saboreando los dulces preferidos, llenándonos las bocas de agua, de placer que atrae lo jugoso que se deshace en la boca por lo dulce... ¿Jugaran con nosotros otras mentes, las anteriores que pertenecieron atadas a otros cerebros, acumulando en su materia gris el código de vida espiritual en su similar química? Es posible que pasáramos sin ser examinados del todo y por eso estamos acá confundidos y confundiendo.  O, ¿seremos resultado de su imaginación que aún se proyecta sobre nosotros, en sentimientos a los que nunca quisieron renunciar? Si así fuese no me importaría... porque... ¡No nos habrían engañado si existimos siendo almas conocidas a perpetuidad, poseemos ‘los códigos’!

Ves, qué sencilla es la teoría cuando la mente puede ofrecernos diferentes posiciones, para alimentar nuestras zozobras ante lo que no entendemos que nos pasa. O, creemos que las cosas inverosímiles no deben surgir nunca a lo largo de esa línea que nos trazamos, para justificarnos de los actos que, -según las reglas del mundo- no son convenientes y, menos traspasar las mismas en el recorrido que emprendemos, haciendo tambalear nuestra realidad e incluso, marcándonos un trazado en el mapa de nuestras perspectivas individuales, ajeno por completo a lo que creemos por lógica cognitiva. Sí, somos los humanos en el cuerpo una partida de infelices, que no estamos nunca contentos de nada o, ellos , siempre, los semejantes, los hacemos culpables de nuestros males cuando no sabemos aceptar que partimos de nuestras debilidades o de nuestro mal carácter o imperfectas formas para tratar la propia vida con respecto a las de otros, creyéndonos mejores o superiores; esa es la cuestión de nuestra infelicidad: el orgullo  o la falta de humildad; la soberbia a flor de piel para juzgar lo que realmente desconocemos en otros y, por una nimiedad comparada a tanto dado y vivido con peores sufrimientos, somos capaces de dañar toda una vida y eso ocurre porque no supimos amar para reflexionar a tiempo, no haciendo daño a los que siguen creyendo que aún somos un proyecto bueno y rescatable del mismo espejo en que nos vemos. 


Mírame y piénsame, entretejiendo lazos de deseo o como quieras... Y, si te has sobresaltado al llegar aquí mientras vas pensando lo que digo… -¿Inquietante verdad?-
Pero anudando esos otros que ya sabes pero también hazlo como yo, ruborizada, escandalizada, triste y aturdida porque es así este Ente imperfecto de lo humano cuando proyecta su imagen desde lo físico; si es que las almas son algo más que un proyecto de la mente, pues sufren y nos enferman espiritualmente, sienten sus anales eternos fijados en su energía desde el comienzo de todos los tiempos. Nos quitan fuerzas y viene el desánimo. ¿Sabes?, me aferro a la evanescencia del instante, me acepto consuelo o pesadilla, pero... entre todo esto que es la vida por ahora, la que tengo y miro proyectada, sabrás como yo que no crece el optimismo cuando no se siembra, que son pocas las veces que florece un sueño si no nos siente el cuerpo; ese tirano con su diálogo sordo y rebelde, que ahora mismo puede ser otro fantasma más disfrazado en nuestra mente y no, con alias o nombre ficticio en esta era. Recuerdo lo que decía antes,  un proyecto de imagen urdido por lo mismo, y  si eres fuerte eres capaz de dominar ‘la película’, hacia atrás o avanzando, deteniéndolo o parándola definitivamente. ¡Cómo podemos ser tan imperfectos trayéndonos del pasado, lo que ya no pertenece a este mundo de vivos y allá, igualmente esos espectros de lo que fuimos nos imitan en nuestras realidades  tangibles de este acá, creyéndonos que somos algo más en la multiplicidad. 


Soñamos imágenes extrañas, paisajes que no hemos percibido en esta vida del hoy. Seguimos como montados en esos caballos Pegasos invisibles que nos llevan al aura, esfumándonos de nuestras vivencias oníricas. Somos siempre proyección., como un montón de espejos rotos que intentamos recoger y, en cada uno de ellos se nos desvanece un rostro amado. Así vamos tanteando tinieblas y, así aparecí feliz ante ese trozo recogido de mis sueños siendo una imitación humana. ¡Qué culpa tengo yo de todo ello, qué culpa tenemos quienes tenemos la experiencia! Por eso sigo diciendo que no es perfecta la Vida o es parte de ese misterioso plan en que estamos más que vivos, sumergidos aún en otro de tantos millones de sueños y de trozos de espejos rotos, diseminados por todo el Universo. ¡Tú eras uno de esos pedazos! ¿Por qué no pude recordar otros? – Me he preguntado y sé que hay más ‘yoes’ que me pertenecen- 
Siento esta noble necesidad de andar pidiendo disculpas por todo, por equivocarme en esa imagen, en el lugar de un tiempo fragmentado. La vida no se olvida, al menos yo no puedo olvidarla, será mi castigo pero sé lo que me enseña y me duelen los dedos que señalan.


 Morir da miedo porque no seré más quien he sido para ser de nuevo, así vamos a tientas unos pocos. Y me leo en voz alta y me susurro a los oídos, y te canto en la distancia cuando sé lo mucho que te quiero… ¿Y por qué te quiero Imagen? Y volveré a ser ese campo de huesos y la sombra atrapada, una niña sorprendida y su juego del fuego que no apaga. Y volveré al túnel para ser feliz de nuevo. Un instante allá que será eterno acá temiendo pasar de nuevo en solitario por el túnel.


Me pierden las ideas entre la arena batida de este oleaje interior, que me mueve a permanecer a la intemperie; a merced de la brisa y al sol buscando por necesidad el oxígeno que aún nos llena de vida en el planeta; me sigo preguntando si todo pasa por algo o es ese algo que digo que hace que así pase, que se entretiene proyectándonos la propia película de imágenes interiores en forma de pesadilla. Es lo que es o soy yo la misma o no y, tú como yo, o talvez dos en una sola fragmentada. Hay que terminar la jornada de vida dando energía al Cosmos en expansión, somos ínfimos depósito de energía, somos como vida neuronal en esa gran cabeza donde flotamos a distancias enormes... ¡Inconmensurable! Vida donde el Amor y la Fe en quien nos dirige son la premisa del mundo. -¿Lo saben todos?- 


Me he aferrado a esta cápsula de espanto soluble al tiempo de un desgaste formal y aceptado, -sí, como lo oyes-, en esta apariencia humana donde tú y yo, aún nos mantenemos sin acertar salida razonable, sin entender y entenderse del todo; con lo que no tiene y sí tiene siendo bastante o mucho, porque no estamos del todo vacíos. En el mundo tangible seguimos la experiencia de vivir por eso sufrimos, porque no sabemos soñar con quien se debe, porque cortamos los hilos que nos llevan allá donde sí fuimos felices y lo somos al volver.  Puede que sea comparable al vuelo de un depredador por las mañanas, cuando la propia  idea individual levanta la actividad del cerebro y lo proyecta hacia fuera, hacia su campo de atracción como en un vuelo, porque acecha igual a ‘su presa’ la única que alimenta su jornada, la ingenua, la solitaria idea-ave que como ella, la depredadora y más informada, busca más de lo mismo para sobrevivir cada día, su alimento. De ellas -dicen-, que no saben que no deben exponerse para llenar su instinto de conservación, pero ambas aves, saben que puede haber peligro si no toman precauciones, pueden hacerse daño unas a otras, pero como siempre es la más fuerte quien consigue en vuelo su presa. Todo esto viene impreso en la memoria de los seres vivos, en el aprendizaje de su especie y evolución. Pero, nosotros, nos frena la capacidad del pensamiento no instintivo, podría decirse mejor, intuitivo, pero no, es que aprendimos, estudiamos y observamos heredando igualmente otras lecciones de convicción y no solamente teóricas; así que debemos adaptarnos al mundo y sus reglas, no diferir de ello porque, “aprender a distinguir el bien del mal” es importante. Es la Ley.  Valorar una serie de situaciones antes de proceder a tomarlas como justas o necesarias en cada momento, es nuestro deber. No podemos abusar de la vida ajena u olvidarnos de todo lo aprendido, porque con ello podemos conseguir a cambio, otros beneficios que no son materiales y sí los que a ti y a mí, mi querida Imagen, nos interesan: conocernos, sabiéndonos. No se puede ser una paloma y un gavilán al mismo tiempo.
Somos hijos de espacios superpuestos y diferentes al anterior. Evolución. Aunque nos comportemos como unos ilusos soñadores, que van perdiendo los mejores momentos de alegría en eso espacios estrechos de felicidad, donde la mente es sojuzgada cada día por los más fuertes. Olvidamos los pequeños remansos temporales de cada realidad, para retomar fuerzas espirituales y beberse instantes de calma, en la complicidad ilimitada del sentimiento AMOR. Construimos oasis con facilidad, con la ayuda que nos brindan las palabras, pero son parte de una limitación que ilusiona la mente, una estrategia del cerebro, insignificantes gotas de rocío en nuestros labios que no nos calman la sed que llevamos dentro. Nunca nos podrán dar lo que necesitamos siendo abismos mientras permanecemos en los cuerpos, sólo las sanas inquietudes del espíritu nos cubren momentáneamente las necesidades del alma y, ella, necesita mucho más que compartir mirando otros ojos en su espejo: Su imagen proyectada. Sólo eso buscaba, un sueño. Amor. Invade la impaciencia en este tiempo de un mañana que aún es tuyo, pensando en cómo acaba; y como nos toma de su mano con esa sed que digo como el que se bebe un vaso de agua en segundos, porque eso es la vida…Sólo quería compartir el último sorbo contigo y brindar por ello. ¡Segundos para un pensamiento consciente, el único que traerá de vuelta a la parte de la Vida. Y era mi mensaje, una sola palabra.


 Mis recuerdos sobrepasan este hoy de penurias espirituales, pero ajenas, donde me hice un hueco hace mucho tiempo para sentirte y, aún piensas, que es mi cuerpo el único que te codicia caprichosamente para sobrevivir con mis pensamientos a merced de los tuyos. ¡Pero qué serías tú sin mí no te has dado cuenta! ¿Quién es quien nos proyecta? Por todo esto debo irme antes porque así aliviaría tu sufrimiento, lo prefiero al silencio. Podría saber el por qué de otras cosas que me preocupan, porque este el precio o el desprecio con el que nos valora el mundo. Me siento cansada de esperar y la muerte es siempre la mejor ayuda para no perderse de nuevo y perderte de vista... Porque, si el Amor y la Fe es la premisa de la vida, debo creer que seguiremos viéndonos... ¡Loada sea la Eternidad entonces! Aún siento alrededor de mi charca los grillos, que no han dejado de chirriar sin freno en su concierto, en este interior donde se mantienen vivos hasta que todo pase y callen conmigo. Aunque aún la vida no parece que termine mis jornadas, sólo se ha encargado de enseñarme  a través de una Imagen a la que he llamado a mirarme y saber qué piensa todavía. Difícil es escabullirse la víspera.






Desde “LA CHARCA” 
©A. Elisa Lattke V.
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*Tengo sed... y filtro palabras para bebérmelas en silencio. (AlattkeVa) 

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