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Ayer recordé tus manos
donde posó mi caricia,
llevada por la avaricia
viéndome en dos océanos;
los de tus ojos lejanos
como soles de un ocaso,
sintiéndome en tu Parnaso
una vestal bien segura
ante la dicha y ternura,
por descubrirte a mi paso.
Serás del sueño que quiero
el que me lleva a otro mundo,
el que me da en lo profundo
este sentir que prefiero.
No me importa si altanero
me siento con el segura
de afianzarme en su hermosura
por la belleza que admiro,
con ella doy un suspiro
porque sé de su lisura.
Elisa
2010
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