pero admito que sufro de vigilia. :-)
Inquieta por otras cosas de la vida
porque hay que ser como el granito para
convertirse en útil 'pisapapeles'.
Vuelvo a andar de vuelta
este camino de mujer
que revive la experiencia
la que mantiene su llama
y cierro el libro...
¡Para qué leerlo!
Si ahora me obstino
en perseguir vuelos de aves
que dibujo,
cantar una nana a mil razones
y les da por no dormirse.
Se siente un adentro en mi caldera
y quieres apagarlo abanicando.
Entonces, guardo el amor
en el recuerdo bajo aldaba.
-Ya soy mayor-.
...
Se palpa otro adiós en las esquinas,
se escucha algún canto por las ramas.
Pero lo que se dice, 'un te quiero!...,
es como esperar un tímido perdón de una polilla
que queda sin alas,
tostada
y abrasada a su bombilla.
¿Y ahora qué?, me digo..
Si tengo aún mi corazón de otoño
y parezco un barco recogiendo amarras.
Esta dicha de ser, a pesar de todo,
se me antoja como una lágrima que sueña
sintiendo vida donde nadie aguarda
al ojo que la siente y la descarga.
Elisa
Que bello lo que dices Elisa, y también lleno de una profunda tristeza. Tanto amor vivido guardado como dices bajo la aldaba, que imagen tan maravillosa, esperando a que llame...Nos queda la dicha del ser, a pesar de todo y aunque nadie nos esté esperando.
ResponderEliminarme has dejado conmovida con la belleza de tus imágenes y la profundidad del alma que habla de la soledad.
Gracias Elisa. Un beso muy grande!!
Tati, gracias , es lindo tu comentario. Una es así, sólo quiere ceñirse a los impulsos del corazón y ser auténtica, la creatividad es otra cosa que también me sirve para mis poemas, pero los sentimientos están allí donde los quiero depositar y, estos anaqueles de charcas son de humedad salada...
ResponderEliminarUn abrazo. Y que te guste el premio que he repartido ;-)